El actor recibía el premio a toda su carrera en el Festival de cine de San Sebastián y Miguel Martín tenía una misión: hablar con él. Sin embargo, se convirtió en una misión complicada, Miguel consiguió darle la mano pero para hablar con él tuvo que esperar dos horas, fue parado por sus guardaespaldas, corrió tras su coche… y le recibió en el hotel.