La vuelta de Diego, el héroe y cerebro de aquella Europa League de Bucarest, ha encendido la ilusión de los atléticos en una temporada de ensueño. Si puede decirse que le faltaba algo a este Atleti de la garra, el esfuerzo y el 'partido a partido' era un poco de magia en el centro del campo. Si Arda y Koke estaban siendo los artífices de la creación en las bandas, no terminaba de aparecer un mediapunta que tomara la batuta desde el corazón del campo. La llegada de Sosa prometía esa figura, pero no ha terminado de convecer. Saltó Diego al campo en el homenaje a Luis Aragonés y fue como si el tiempo se plegara. Como si no hubieran pasado casi dos años desde su marcha. Pase, presión, visión de juego, conservación de la pelota, control de ritmo... todas esas cualidades que se esperan de un 'jugón'. ¡Ah, claro, y el gol! Porque al pastel de su segundo debut colchonero le puso Diego la guinda con el cuarto del Atlético a la Real.