Tras varios días de trabajo con Rocío Ramos - Paúl, Piedad aprende a gestionar los enfados de sus hijos e ignora el mal comportamiento de Lucía y Nacho. Ante una pelea entre sus dos hijos pequeños, Piedad termina por retirar el objeto que ha provocado el conflicto y finalmente sus hijos se dan por vencidos y dejan de gritar.