Tras la derrota de Cayo Claudi Glaber, el ejército rebelde liderado por Espartaco y sus generales Crixus, Gannicus y Agron, siguen acumulando victorias sobre Roma. A las puertas de la ciudad, los esclavos consiguen derrotar a un ejército, dejando el campo de batalla lleno de cuerpos mutilados. “Es un destino merecido para aquellos que querían vernos con grilletes”, dice Espartaco.