Marta da las pautas de las normas para la supervivencia de los contagiados por el virus de la rabia. No se pueden usar móviles, ni contactar con el exterior, además, deberán dormir encadenados y hacer guardias. “Debemos protegernos de nosotros mismos, tenemos que estar alerta, vigilarnos los unos a los otros, ahora este sitio es nuestra casa y solo nos tenemos a nosotros”, dice.