Gabi descubrió que tenía un poder: expulsar a quien quisiera, pero decidió, para sorpresa de su madre, no utilizarlo. Quería que fuera ella quien tomara la decisión… y lo que nadie esperaba es que Toñi colocara el anillo en el dedo de su hijo. “¿Me das un beso? Para despedirme”, decía Tony… pero ella se negó a moverse y finalmente fue él quien se acercó.