El 26 de abril de 1986, el reactor 4 de la central de Chernóbil explotó liberando a la atmósfera un 5 % del material radiactivo que acumulaba. Tras la explosión, la población vivía ajena a la realidad del desastre de Chernóbil. 600.000 trabajadores arriesgaron su vida para solventar la tragedia. Más de 200.000 personas han fallecido a consecuencia de la catástrofe. La zona muerta de Chernóbil es uno de los lugares más radiactivos del mundo.