Una intensa ceremonia deja atrás la niñez de Rafa

cuatro.com 26/03/2010 13:56

A pocas semanas para el final de su aventura, las familias de "Perdidos en la tribu" comienzan a sentirse cada vez más cerca de sus anfitriones, gracias a las ceremonias que las tribus comparten en toda su esencia con sus invitados españoles. Mientras los hamer se preparan para el gran rito de iniciación de David, en los kamoro el joven Rafa protagoniza su transformación de niño a hombre a través del rito del karapao. Por su parte, los nakulamené abandonarán temporalmente el poblado para viajar junto con la familia a uno de los lugares más mágicos de la isla: el volcán de Vanuatu.

En Etiopía, David está a punto de protagonizar una de las ceremonias más importantes para la tribu. El salto del toro se acerca y el joven debe empezar una dieta especial diseñada para quienes pronto se enfrentarán al rito de la iniciación. David deberá alimentarse a base de miel y leche, un régimen bastante sabroso para el tipo de comida al que están acostumbrados en la tribu. Mientras tanto, la familia termina su proceso de transformación física, el pelo. Sin embargo el ocre no acaba de convencer a todos: Raquel no se siente cómoda con su nuevo cambio y no perderá ocasión para hacerlo ostensible.

Quien esta semana se convierte en hombre es Rafa, el hijo de los Segura-Romero. El rito de iniciación se celebra a través del karapao, mediante el cual un joven se convierte en adulto para orgullo de su poblado. Para las mujeres, sin embargo, la ceremonia resulta algo triste: en ella los muchachos dejan de ser niños y por lo tanto dejan de necesitar a sus madres. Mientras Raquel y Ana Mari ayudan a alimentar a los hombres en el karapao, Rafa se entrega por completo al rito de iniciación y admite estar orgulloso de convertirse en un verdadero kamoro. La tribu, por su parte, vive el ritual con fascinación y entrega.

Mientras tanto, en Vanuatu los nakulamené reciben una importante sorpresa: el príncipe Felipe de Edimburgo les ha enviado una carta ofreciendo sus condolencias por la reciente muerte del gran jefe de su comunidad. Desde numerosas aldeas contiguas comienza a llegar gente a la tribu para asistir a la traducción y lectura de la carta. Los Moreno-Noguera, perplejos, son testigos de tan curioso encuentro mientras cada uno de ellos va cumpliendo el castigo impuesto en el anterior Consejo tribal: cuidar a los animales, mantener el huerto, dar de comer a los cerdos... Además, la familia emprenderá un largo viaje para llegar a uno de los lugares más mágicos de la isla: el volcán. Allí realizarán una ofrenda para que la lluvia llegue al poblado y para que el volcán les proteja y cuide su cosecha.