Los Suri se reencuentran con Marie y los Shiwiar descubren el marisco y los 'jacuzzi'

cuatro.com 28/12/2012 00:04

El reencuentro entre Arbulá, Marie y su larga melena rubia

Éste era uno de los momentos más esperados de la segunda edición de ‘Perdidos en la cuidad’. El jefe Arbulá y la rebelde Marie Benhayer han vuelto a verse cara a cara. Recordamos que Marie fue la concursante que más se negó a seguir las tradiciones de los Suri, en especial la de la obligación de las mujeres de raparse la cabeza. La francesa, con su larga melena rubia, ha aparecido en el restaurante donde se encontraba la tribu liderada por Arbulá. Sin rencores, Marie se ha apresurado a abrazar a todos los Suri y ellos también la han recibido con cariño, aunque siempre con su intrínseca desconfianza.

“Lo cierto es que tenía ganas de verles”, ha confesado Marie y todos han comentado en tono jocoso lo tensa que fue la convivencia. “¡Cuánto te quejabas!”, le ha recordado Ngá Bilé, que luego ha confesado tenerle bastante cariño a Marie: “Tuvimos muchos problemas con ella, pero creo que podríamos ser amigas”. Arbulá también ha enterrado el haca de guerra. “A pesar de no cortarte el pelo, te respeto por tu actitud”, le ha dicho a la francesa, que también le respeta por su carácter. Una vez superado el problema, Marie ha ejercido de anfitriona y ha enseñado lo más ‘chic’ de Marbella (Puerto Banús, Marbella Club…) a sus invitados. En un arranque de sincerada, Ngá Bilé se ha puesto cariñosa con la rubia: "Nunca creí que diría esto pero, cuando no estás, te echo de menos".

Además de este fructífero reencuentro, el quinto programa de la segunda edición de 'Perdidos en la ciudad' se ha caractarizado por la divertida incredulidad de las dos tribus invitadas:

Los Shiwiar, sobre los jacuzzi: "Aquí cocinan a la gente"

Los Shiwiar han disfrutado como niños de su estancia en el ‘spá’ asturiano. Se han deslizado por los toboganes ujna y otra vez, aunque no han entendido muy bien cuál es el objetivo del espacio. “Yo creo que éste es un lugar para que la gente se lave”, le ha dicho Chásem a Guirar mientras ambos se daban un baño en el jacuzzi. “Yo creo que esta agua tan caliente sirve para cocinar a la gente”, ha dicho Guirar, y los dos se han salido del agua, por si acaso.

Los Suri creen que los Bernhayer les quieren matar

Si bien los Shiwiar son una tribu llena de inocencia, los Suri están demostrando tener un carácter mucho más duro y desconfiado. Juan Carlos ha vendado los ojos de los hombres Suri para darles una sorpresa: nada más y nada menos que un viaje en barco por la costa de Sol, y a ellos no les ha hecho ni pizca de gracia. Cuando ya han percibido que estaban en un barco, lo han visto clarísimo. “Ya sé lo que quieren hacer. Nos quieren ahogar en alta mar”, ha dicho Arbulá, como si eso fuera la cosa más normal del mundo.

Las mujeres Shiwiar tienen miedo a los bogavantes

Los Shiwiar nunca habían visto una langosta, ni un bogavante, ni un centollo. Marisol ha llevado a sus invitadas a cocinar la típica comida de Navidad y, en cuanto han visto a los ‘bichos’, se han pegado un susto de muerte. “Hay que tener mucha hambre para comerse algo así”, han comentado aunque, una vez muerto y cocinado, el marisco les ha parecido una auténtica delicia. Sorprendentemente, y fieles a sus costumbres, no más que sus “sabrosos gusanos”. Marisol tenía la esperanza de que no les gustara y ella pudiera comerse sus sobras, pero el rico sabor del marisco del norte de España siempre convence a cualquier escéptico.

Goreñi se niega a comer encima del cuerpo de una mujer

En Japón es tradición comer Shushi sobre el cuerpo de una mujer. Y viceversa. Para escandalizar a la tribu, nada acostumbrada a ver algo parecido, Juan Carlos Bernhayer ha llevado a la tribu al completo a comer a un asiático, donde les han servido la comida con esta particular presentación. En cuanto lo ha visto, Goreñi se ha levantado ofendido de la mesa y se ha marchado. “Es lo más raro que he visto hasta ahora. Parecía que esa mujer estaba muerta”, ha dicho, mientras que el resto de la tribu no ha tenido problema en aceptar la costumbre como algo divertido. En la mesa de las mujeres Suri también había un hombre semidesnudo tendido. Ngá Bilé y Ngá Sedé se han quedado estupefactas. “Pobre hombre. Tenía el cuerpo lleno de comida, qué tontería”, ha dicho la mayor, y ambas se han negado también a comer, como Goreñi.