El sueño del reencuentro se hizo realidad

cuatro.com 26/04/2011 23:57

Dos familias partieron desde España sin saber cual sería su destino en busca de un viaje que cambiaría su vida. Cada familia llegó a un lugar distinto en cada punta del planeta para vivir 30 días con una tribu. Dos años más tarde Perdidos en la ciudad cumple el sueño de las familias, reuniéndoles de nuevo para enseñarles cómo es la vida en la ciudad.

Las familias españolas, Carrión- Roldán y Recuero-Oliva, tenían una promesa que cumplir, reencontrarse con las tribus que hace dos años les aceptaron en su familia. Para ello y gracias a un mensajero conocido por ambas tribus, mandaron un mensaje: "queremos que vengáis a España".

Una invitación en pié para los Himba

Bajo un sol aplastante los Himba oyeron casi al unísono un saludo a su tribu, "Hola Himba", eran los Carrión Roldán. Dos años han cambiado su aspecto, pero la tribu se acuerda como si fuera ayer de sus invitados, especialmente los gemelos, muy preocupados por el tiempo que sus "mujeres han pasado solas".

Manos a la obra, España les espera y hay que preparar un largo viaje. Mientras que en Barcelona la familia busca cómo hacerles la estancia más cómoda, las mujeres y hombres Himba preparan el equipaje entre recuerdos.

Atravesar Namibia en coche y coger un avión fue una experiencia en nada comparable con el reencuentro en el aeropuerto. Tras momentos de verdadero pánico y desconcierto sin saber dónde estaban o qué pasaba, los Himba aterrizan en suelo español y al otro lado de la puerta, sus amigos.

El carácter de los Himba es admirable, pese a los malos momentos, una sonrisa en su boca, el viaje de más de ocho horas, se hizo ameno a base de carcajadas.

Como si de una película se trataran los Carrión Roldán prepararon una pancarta de bienvenida, que poco duró en sus manos.

A diferencia del reencuentro de los Mentawai con los Recuero Oliva, los Himba se lanzaron al abrazo. Gritos, besos, bailes, risas. El sueño se había cumplido, la felicidad en su rostro y una larga aventura que acababa de comenzar.

El mal aterrizaje de los Mentawai

Trabajando en mitad de la jungla de Siberut recibieron los Mentawai el mensaje español de sus grandes amigos. Algo despistados al principio, necesitaron de la ayuda del mensajero para saber de qué se trataba el mensaje, realmente no lo esperaban.

La madre y sus dos hijos protagonizaban el mensaje. Luismi faltaba en el y Aman Digei se dio cuenta al instante. La preocupación de que Luismi pudiera estar muerto o enfermo enturbió el mensaje de los Recuero.

Pronto comenzaron las suposiciones, Aman Digei necesita saber de su amigo, está muy preocupado.

Su familia, muy emocionada por reencontrarse con Sonia y los niños, comienza los preparativos del viaje. Salomo pretende llevarse un arsenal de armas para defender a las mujeres, asegura que no sabe si correrán peligro, por lo que ve necesario llevarse sus flechas envenenadas.

Sin embargo, la emoción del viaje en Lili, pronto se convirtió en preocupación. Se acordaba de Sonia, y de los malos momentos que pasó durante el viaje y cree que a ella le pasara lo mismo, lo que Lili no sabía entonces es que el hecho de despedirse de su tribu ya le iba a parecer duro.

Tras un larguísimo viaje en canoa subiendo el río, y tras las infinitas quejas de los hombres, los Mentawai llegaron al aeropuerto, ya solo quedaba la recta final.

El viaje en coche hasta la casa de los Recuero fue una aventura más propia de novela de terror que de aventura: el frío, los grandes edificios, los túneles...todo les producía asombro y miedo. Salomo se mareó, "su espíritu le abandonó" y llegó a Batres, la residencia de los Recuero en Madrid, bastante indispuesto.

Los Mentawai llegaron en coche, la familia les recibió en la puerta de la que a partir de ahora y durante 30 días también sería su hogar. Todo fueron atenciones, Jonny en seguida se dió cuenta de que Salomo no se encontraba bien y le atendieron en seguida.

Mientras, las mujeres emocionadísimas por volver a ver a Sonia, exclamaban lo mayores que estaban los niños, quienes no tenían brazos suficientes para abrazar a Aman Gei. La puerta de su casa se abrió para sus invitados, hasta los perros salieron a saludar, aunque el efecto fue contrario, Lili, haciendo uso de su miedo, les veía con cara de hambrientos y no dudó en refugiarse tras Ventura.

Conseguido. Las tribus están con sus familias, el viaje salió perfecto las primeras impresiones en la ciudad quizás no fueron las esperadas. Demasiados cambios, pero un detalle, Kavui en tan solo unas horas consiguió comenzar a entender el mensaje del programa, lo difícil que les debió resultar a las familias un cambio tan grande.