Los Mentawai han tenido que atravesar medio mundo para encontrarse cara a cara con una realidad más que asumida en la vida de las grandes ciudades: ver a dos personas que se quieren hacerse daño. Ese es el punto de Sonia y Luismi.
Un encuentro tenso
Aprovechando una visita al espectáculo de magia de Jorge Blass en el Circo Price con los Mentawai, el mago quiso tener un encuentro privado con la tribu para hacer magia, lo que dejo solos a Sonia y Luismi.
En silencio, sin cruzar ni una sola palabra, sin mirarse. Así dejaron transcurrir el tiempo. La tensión entre ambos se podía se mascaba en el ambiente. Ni siquiera se miraron a la cara. Luismi afirma que su relación de hablar se ha ido enfriando con el tiempo, "Cuando no ves a alguien y lo haces tras mucho tiempo, tiendes a ponerte tenso", atestigua.
Luismi es tajante: "No va a haber un acercamiento, eso es imposible, tan imposible y tan cierto como que algún día me moriré".
La relación parece estar más que muerta. Los Mentawai, muy ofendidos por la falta de respeto al ritual de boda que realizaron en Siberut, amenazan con no dejar la cosa enfriar, prometen arreglar la situación.
Esto no quedará así
De momento, para un mayor entendimiento de la situación, la tribu ha estado observando las vidas de solteros de Luismi y Sonia. No entienden cómo se puede pasar en tan poco tiempo del amor al odio. Aseguran que Luismi no es un hombre completo sin ella.
Ellos mejor que nadie les vieron apoyarse en los peores momentos, vieron cómo se querían, cómo, en resumidas cuentas, eran una familia.
Poco a poco los Mentawai van haciendo mella en su separación. Luismi confiensa que se siguen queriendo, y por ello no quieren hacerse daño, no se entienden y no lo pueden cambiar.
Salomo y Aman Digei no le ven feliz, quieren que vuelva el Luismi que llegó a su tribu con su familia y aprovecharán cualquier resquicio de amor que quede para que intenten reconciliarse.
La familia asimila los cambios
Ambos comenzaron la aventura siendo una familia, junto con Ventura y Jonny, los hijos de Sonia, los cuatro aprendieron a convivir durante 30 días en una situación extrema que cambiaría sus vidas para siempre.
Tras dos años de intensos cambios, muchos de ellos emocionales, debidos al cambio que supuso estar con la tribu, Sonia y Luismi deciden separarse y comenzar una vida lejos del otro. Sin embargo, y aunque los hijos de Sonia no son biológicamente de Luismi, éste mantiene una estrecha relación con ellos, son su familia, no hay duda.
Los niños han aceptado de forma muy madura la separación y así se lo explicaron a los Mentawai a su llegada a España, "Luismi vive en otra casa" decían.
Luismi participa en cosas tan cotidianas como los entrenamientos de Jonny y es evidente a simple vista el cariño que los niños le sienten. Sonia en este aspecto lo tiene bastante claro, ella no será un estorbo en la su relación.
Pese a todo, asimilar una separación de puertas para fuera parece fácil, y aunque la familia ayude, la realidad es que Sonia y Luismi parecen no tener nada que decirse.
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