Los gemelos celosos

cuatro.com 26/05/2011 19:52

Ni todas las amigas de las mellizas juntas, han podido conseguir borrar de la cabeza de los gemelos el recuerdo de Laura y Marta. Los chicos siguen al pie del cañón, no desesperan y esperan que la insistencia de pronto sus frutos, sin embargo, tanta negativa por parte de ellas huele mal.

Los gemelos mantienen la teoría de que tienen novios, las camas están reservadas y de noche, cuando nadie sospeche, éstos treparan por la ventana y se aprovecharan de sus mujeres. Pero los Himba son más listos, y tienen un plan: pretenden esperar despiertos y cazarles con las manos en la masa.

Nadie les bajaba del burro, las chicas son su territorio, e hizo falta la ayuda de Jose para librar a las mellizas de una noche que se prometía agitada: casi sin ropa reivindicaban su derecho a dormir con las mellizas.

Cada mochuelo a su olivo

"En mi tierra si una mujer te enseña su cama, no es para dormir", afirma Pondakae. Y es que la percepción del rechazo de las chicas en su cabeza, cobra otra dimensión. Siguen pensando que todo es una estrategia para hacerse la duras, y dudan sobre si lo están haciendo bien o no.

Agotadas todas las esperanzas de los gemelos a dormir la primera noche en Vitoria con las mellizas,éstos fueron con el cuento a las mujeres Himba. No tienen tan claro hasta que punto influyó Jose en la decisión de no dormir juntos, (aunque les echara a palos de la habitación) y sobre todo, ¿qué más pueden hacer para que les quieran?. Watumbikua asegura que no les gustan a las chicas, pero Pondake, incrédulo él, no acepta la redota.

La guinda del pastel

Tras una noche toledana, las mellizas quisieron compartir de día, un aspecto muy importante de sus vidas: era la hora de conocer a sus amigos.

Para un hombre enamorado pocas cosas debe haber en la vida, tan dolorosas, como saber que comparte a la mujer de sus sueños con otro hombre. El problema es que no solo es con uno. Las mellizas presumen de panda masculina entre su círculo de amigos, y aunque éstos quisieron confraternizar con ellos de la manera más varonil posible, (alabando las voluptuosas curvas de una chica de calendario), lo cierto es que los mellizos quisieron demostrar superioridad en todo, ¿y cómo se consigue eso? Jugando al futbolín.