Los Himba sienten un "mar de emociones"

cuatro.com 06/05/2011 18:26

Los Carrión Roldán llevaban días urdiendo un plan de sorpresa total: llevar a la tribu a la playa de Barcelona. Para ello mantener el secreto era fundamental, no podían decir ni una palabra, era un regalo sobre todo para las Himba, y les llevaron con los ojos vendados hasta la orilla, donde se encontrarían frente a frente con el mar.

Una sorpresa al revés

La confianza de las mujeres con Montse se empezó a debilitar mientras sus pies rozaban la arena. Watumbikua fue quién peor se tomó la aventura, "Montse no es de fiar", pensaba. El miedo se apoderaba de ella y cuando el momento de quitarse las vendas de los ojos llegó, el pánico se hizo cargo de su cuerpo.

Ella y Kauvi huyeron, "te odio, te odio, te odio" murmuraba Watumbikua. No querían ni acercarse al agua y regañaban a los gemelos desde lejos por juguetear con Jose en la orilla. "¿No hay nada que te de miedo, que sea superior a ti?" le recriminaba Watumbikua a Montse en un intento de buscar comprensión.

La sorpresa de la familia había sido la contraria a lo que pensaban, sólo la reacción de Kambana y los chicos salvó el momento. El miedo a perder la vida en el mar podía con las Himba, "Si me quedo en tierra no me ahogo" afirmaba Kavui.

Primero asombro, después incredulidad, "no me esperaba que el mar tuviera tanta agua", decía Vavaina. Los chicos conocían el mar por las historias que contaban sus abuelos, ellos solían decir: "si sueñas con caer en el océano, te atrae su suerte", por eso no tardaron en echarse al agua a nadar.

Del miedo a la curiosidad pasando por la alegría

Kauvi y Watumbikua se desplomaron en la arena. No esperaban que Montse les hubiera llevado a un lugar tan horrible, dudaron de su confianza y le propiciaron palabras realmente duras, mientras ella no desistía en apaciguar los ánimos y conseguir que se acercaran a la orilla.

Sin embargo, al ver la reacción de Kambana y los gemelos, las mujeres poco a poco volvieron a recuperar la confianza. Con miedo se fueron acercando al mar. Kauvi fue la primera, incluso llegó a probar el agua salada.

Watumbikua le siguió y poco a poco, todos terminaron mojándose los pies. Reconoció haber sido demasiado dura con Monste, "Ella solo quería darnos una sorpresa" y se disculpó por su actitud.

Todos continuaron la jornada de playa en un paseo en barco, los gemelos hasta llegaron a conducir el timón, el miedo se evaporó. Ahora los Himba tienen su propia historia que contar: el día que conocieron el mar.