M. Íñiguez
La carrera no pintaba bien para Inés y Pedro. La tarjeta verde les salvó en el ránking de la anterior etapa, pero les obligaba a empezar la final con un hándicap. Los recién licenciados cargarían durante la primera manga de la final con una mochila mucho más pesada que la de sus rivales. Además, las dos cajas zulúes que traían les alejaba un kilómetro con respecto a la bandera de Jesús Vázquez en las dunas de Atlantis.
Tuvieron sus más y sus menos con Jota y Freire en la siguiente prueba. A diferencia de lo que ocurrió en la semana anterior, en esta ocasión parece que fueron los desconocidos los que les ‘robaron’ el coche a los valencianos. A Pedro no le gustó el gesto e Inés fue más allá: “Si me voy hoy, los amuletos van para las hermanas”.
Llegaron a la prueba de los huevos de avestruz prácticamente para ver a Jota y Freire terminarla y acabaron hasta los mismísimos de los avestruces. Algo parecido les pasó en la playa de Muizerberg, pero en esta ocasión fueron las hermanas las que terminaron la prueba antes que ellos.
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Mar y Vanesa se subieron a un coche de turistas (¡¡zaragozanos!!) y lo que parecía un éxito les pudo salir caro ya que el conductor se equivocó de ruta. Así, Inés y Pedro tuvieron una última oportunidad de alcanzar la meta antes que las hermanas. Llegaron más tarde al Faro del Fin del Mundo, situado en el Cabo de Buena Esperanza, donde Jesús les esperaba con la bandera y donde los valencianos se despidieron de su aventura en África con un beso de película.
Al final, sus amuletos con un valor de 13000 euros se los entregaron a Jota y Freire antes de partir. A diferencia de los desconocidos y las sevillanas, Inés y Pedro no se llevaron ningún premio de ‘Pekín Express’, pero sí una lección: “Hemos aprendido que nunca hay que rendirse porque cuando crees que no puedes más, siempre se puede un poco más”.