Junto al puerto canario de Mogán, a bordo de un barco, un grupo de hombres celebra una despedida de soltero contemplando cómo se desnuda una mujer mientras baila la danza del vientre.
Ibiza es la isla que nunca duerme, donde camellos impúdicos muestran sus pastillas a la cámara a plena luz del día mientras los mejores cuerpos de Europa se contonean al son de la música electrónica.
De la República Independiente de Zahara de los Atunes, en Cádiz, son "las galácticas de la Carracha", cuatro mujeres setentonas que cantan y bailan temas populares e inventados para deleite de curiosos y admiradores. Avistamientos de ballenas, pesca de tiburones, campeonato de socorristas que aspiran a ser los vigilantes de la playa... todo es válido en torno a las cremas, los bikinis y las sombrillas.
Mientras en Caños de Meca se practica el nudismo. A media hora de distancia, en la playa de Bolonia, se rueda un anuncio de una compañía de teléfono móvil con más de cien extras.
Un poco más allá, arde parte del monte que rodea a Tarifa ante la expectación de los vecinos de un camping que tiene que ser desalojado. Más abajo, la Guardia Civil incauta una planta de marihuana que había plantado un curioso vecino. Al mismo tiempo, un drogodependiente pasa "su mono" a palo seco y sin medicación vigilado estrechamente por la Protección Civil de la zona.
En Sitges, Cataluña, parejas homosexuales buscan cualquier recoveco para practicar sexo a las seis de la tarde. A esa hora, en Galicia, un grupo de mujeres portuguesas rivaliza cantando con otras españolas.
Son vendedores de refrescos, pescadores, campistas de autocaravana, feriantes de la langosta... parajes maravillosos como las islas Cíes...
Sesiones de after sun para ver el mejor atardecer del mundo en Ibiza... todos se suben a la Ola.