Silvia puede respirar tranquila un día más. En un giro inesperado, su exmarido, que iba a salir este viernes, cuatro de enero, de prisión preventiva, finalmente no quedará libre. Ella había recogido hasta 125.000 firmas para que el Parlamento de Navarra le otorgase un permiso especial para poder entrar con su perra, Sugi, a cualquier lugar. Silvia sentía que Sugi era su única protección.