Abren la 'caja negra' del cáncer: descifran ADN tumoral que ayuda a anticipar cómo evolucionará un tumor
Las células tumorales guardan datos sobre la formación del cáncer que pueden ser usados para prever su evolución
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Científicos españoles han conseguido abrir lo que llaman la 'caja negra' de un tumor. Han descubierto que las células tumorales guardan toda la información sobre la formación del cáncer. A través de un algoritmo, se puede reconstruir cómo ha cambiado desde su origen y anticipar cómo será su evolución en el futuro, realizando tratamientos personalizados, informa Marta Alcázar en el vídeo.
El cáncer se origina, crece y evoluciona mucho antes de dar la cara. "Cuando se detecta en un hospital lleva andado muchísimo tiempo, pero ha crecido en silencio", afirma Iñaki Martín Subero, científico del IDIBAPS de Barcelona y uno de los autores de esta investigación tan novedosa. Ese proceso ocurre mayormente sin que nos demos cuenta, pero todo lo que ha pasado queda grabado en las células tumorales.
Sabían que existía esa 'caja negra' y ahora han descubierto cómo leerla
"Al igual que una caja negra de un avión registra y guarda toda la información del vuelo, las células tumorales guardan toda la información de su historia", resume Iñaki. Lo hacen en "una marca epigenética que se llama la metilación del ADN", explica. Para quienes no estamos familiarizados es una imagen aparentemente ilegible, pero los investigadores saben que ahí queda registrado todo.
"Va acumulando toda la información, como cuándo empezó a crecer o a qué velocidad lo ha hecho", añade el científico. Poder descifrar esa 'caja negra' era tarea casi imposible. Ahora, han descubierto cómo leerla, y es crucial. "Hemos descodificado ese mensaje oculto", afirma. Él y su equipo han desarrollado un algoritmo que les permite leer esos patrones.
Con esos datos saben cómo evolucionará y pueden tratarlo de forma individual
Pero la clave llega cuando a partir de dichos patrones predicen cómo se comportará en el futuro el tumor. "La nueva herramienta permite reconstruir la evolución del cáncer y entonces anticipar cómo será su evolución", afirma contundente Iñaki. Permite hacerlo, además, en cada cáncer y en cada persona. "Se sabe el grado de agresividad de forma individualizada", apunta.
Este hallazgo es fundamental porque implicaría poder hablar de personalizar los tratamientos, de anticiparse al tumor. "Podríamos decirle al médico 'este paciente en concreto habrá que tratarlo en 10 años' o 'este, trátalo ya porque va a progresar rápidamente'", ejemplifica Iñaki. Según el científico, todo apunta a que, si en el pasado ha sido agresivo, en el futuro posiblemente lo seguirá siendo.
Todo esto lo han comprobado ya en pacientes con leucemias y linfomas, pero su descubrimiento "es un hallazgo universal para todos los cánceres", asegura. Ahora solo falta que este hito científico salga del laboratorio para usarse a gran escala. Necesitan que alguien financie su aplicación masiva, "algo como una empresa de biotecnología que tuviese interés", dicen. Solo así llegará a los hospitales.
