Los expertos advierten de que el turista ya está buscando destinos más frescos para los meses de verano
Los estudios de satisfacción de los visitantes señalan a las altas temperaturas como uno de los mayores inconvenientes
España lleva tres años de cifras récord de visitantes y gasto. Sin embargo, la mayor industria española se podría tambalear si los turistas empiezan a sentirse incómodos con las consecuencias del cambio climático, en especial por el calor.
Y además es que puede que no les compense económicamente viajar a un país con incendios forestales, con las DANA o las olas de calor. Ya hay voces que alertan de que el clima extremo nos va a hacer más difícil viajar.
"Estamos ya en el comienzo de la era del No Turismo" aventuraba en una de las ferias de turismo más importantes de Europa, la de Berlín, uno de los mayores gurús del mundo en transporte sostenible, Stefan Gössling. Este investigador sueco afirma que el impacto económico del cambio climático será tan grande que en 80 años viajar será demasiado caro o no tendrá sentido.
La solución pasa por adaptarse a la realidad
Playas barridas del mapa por los temporales, ciudades acosadas por incendios o altas temperaturas por un lado y el aumento de los costes de los viajes por la huella de carbono o los seguros asociados por otro pueden acabar con las ansías de ver mundo a medio o largo plazo.
Si es cierto o no que lleguemos al No Turismo ya se verá, sí es ya una evidencia que el clima va a afectar y mucho a la mayor fuente de ingresos de España aunque de momento no se esté notando.
"Hemos notado una caída de la valoración de la percepción climática en los visitantes que llegan a España", asegura Carlos Cendra, director de Comunicación de Mabrian, una consultora que hace estudios sobre turismo. Lo que quiere decir Cendra es que a los turistas cada vez les gusta menos el clima español sobre todo las temperaturas de hasta 45 grados en verano.
"El impacto no se está notando todavía porque hay tanta demanda de visitantes que los turistas desencantados son sustituidos por otros pero la tendencia existe", asegura. Uno de esos datos que manejan es el aumento de interés a destinos nórdicos por parte de clientes habituales del mercado español como pueden ser los alemanes o británicos.
La solución para la industria es intentar adaptarse. Entre las opciones dejar a un lado el verano y que la temporada alta sea la primavera o el otoño. También establecer medidas que ya se usan en países con altas temperaturas como incluir horarios nocturnos de visitas o acondicionar espacios públicos para refrescar al visitante. En todo caso, cambios que deben anticiparse a la crisis para que los visitantes puedan acostumbrarse cuanto antes a nuevas formas de turismo.


