El pasado año cerca de 9000 personas perdieron la vida intentando llegar a las costas canarias en embarcaciones
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La llegada de personas migrantes en pateras o cayucos a las costas canarias batió récords en 2024. Cuando llega una de estas embarcaciones a nuestras playas se despliegan muchos profesionales de distintos tipos. Uno de ellos es Eduardo Blasco, buzo rescatista que nos cuenta en primera persona como se vive un drama de estas dimensiones.
Es campeón del mundo de salvamento y buceador experto. Está especializado en derechos humanos y lleva tres años trabajando en intentar que no muera ningún inmigrante en las aguas de Canarias.
Se enfrenta a rescates constantemente
"Creo que la sensación mas grane que me invadió fue la pena", dice al recordar la primera vez que se enfrentó a algo tan salvaje como el rescate de una patera. Las caras de miedo y los gritos de las personas que iban a bordo están grabados en su memoria.
Él y el resto de equipos se enfrentan a operaciones en las que hay que salvar a entre 50 y 200 personas. "La parte más importante es mantener la calma", apunta. "La embarcación probablemente vuelque y, si vuelca, con el 90% de seguridad a alguna persona vamos a perder", se lamenta. A él ya le ha pasado.
Eduardo: "Prefieren tirarse a un mar salvaje que volver a sus países"
"El ahogamiento, para mí, es la peor muerte que existe", opina Eduardo. Saltar al agua es extremadamente arriesgado para unos migrantes que, en muchas ocasiones, no son capaces de nadar. Por desgracia, casi siempre la desesperación gana a la esperanza, y "hay gente que prefiere tirarse al mar, vérselas con las olas y la muerte, antes que arriesgarse a ser devuelto a su lugar de origen", asegura.
Las condiciones de las embarcaciones son cada vez peores. "Tienen acabados muy malos con lo cual no puedes acercarte porque rompería tu embarcación", explica el buzo. Además, cada vez están más repletas de gente.
Llevan a cabo operaciones tensas y muchas veces mortales
Se suelen acercar a los cayucos con otras embarcaciones, listas para remolcar o desembarcarles. Es fundamental contar elementos de flotación como chalecos salvavidas, apunta el rescatista. "Porque si no eres tú el elemento de flotación y se tendrán que agarrar a ti. Antes de tirarte al agua tienes que saber que esa es la última opción que tienes".
En el equipo saben que lo más doloroso es cuando llegan niños. "Si hay un bebé es lo primero que te van a entregar, y tú no lo puedes coger porque entonces perderías las dos manos". Solo en el año pasado cerca de 9.000 personas murieron en las costas canarias intentando buscar una vida en paz. Un drama que rescatistas como Eduardo viven en sus pieles cada día.