Alba, la marinera más joven de Cataluña: a los 24 años dejó de su trabajo para seguir el legado de su padre
Aunque ama su oficio denuncia que la situación para los pescadores es cada vez más compleja
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BarcelonaA sus 24 años, Alba Aguilera dejó su trabajo de camarera para seguir el legado de su padre en el sector pesquero. Es la marinera más joven de Cataluña, y ahora puede contar de primera mano una larga ristra de experiencias, desde cómo ha cambiado su vida hasta las necesidades que tiene la gente del mar, según informa en el vídeo Marina Pérez.
Denuncia que tanto la propia falta de peces como la legislación se lo ponen cada vez más difícil. Lo mismo dicen las estadísticas, que muestran un sector pesquero en declive, con menos pescadores y una flota más reducida cada año. El empleo directo en pesca extractiva descendió un 3,4 % en 2022, situándose en unos 23.380 empleados. Además, el número de buques operativos disminuyó en un 0,9 %. Son datos del portal de noticias especializado en pesca 'Informe Marítimo'.
Sus padres no querían que se dedicase a la mar: "Es un oficio muy sacrificado"
"Yo soy la cuarta generación de pescadores en mi familia", apunta orgullosa Aguilera. Su rutina es dura, como la del resto de marineros. "Nos levantamos a las 03:00 horas de la mañana y echamos las redes en el agua antes de que se levante el sol", explica. Sus padres, algo habitual en el mundo de los barcos, no querían que se dedicara a la pesca. "Es un oficio muy duro y muy sacrificado, pero a mí siempre me ha encantado", sostiene.
Alba recuerda cómo de pequeña iba con su padre a la mar. "Yo siempre me acordaba de estar aquí, con él, en su barca y decidí que quería embarcarme, que yo quería ser marinera”. Ahora que lo vive de primera mano, aunque es feliz en la proa, tampoco se muestra contenta con que sus hijos sigan sus pasos.
"Yo siempre he dicho que a mi me gustaría que nuestros hijos fueran pescadores", dice refiriéndose al muchacho que la acompaña a bordo. "Porque tanto él como yo lo somos", recalca. Pero, a medida que lleva más días en la mar, Alba se muestra menos positiva: "No le estoy viendo futuro a la pesca".
La pesca atraviesa una situación compleja a nivel social
"Lo tenemos muy mal, hablo en representación de los pescadores y mía", apunta la marinera más joven de Cataluña. "Trabajamos toda la noche para no ganar dinero y a los arrastres les están poniendo muchas reglas". Se refiere a la tensión existente entre el sector del mar y las normativas españolas y europeas. Si bien muchas van encaminadas a salvaguardar los ecosistemas submarinos, en las lonjas denuncian que no se les tiene en cuenta a la hora de diseñarlas.
La pesca artesanal ha perdido unos 4.000 empleos en seis años, especialmente en el litoral del Cantábrico. Las flotas se han visto reducidas a menos del 15 % de lo que había en los años 50, y quedan menos de 1.000 empleos en pesca tradicional en regiones como Asturias. Aguilera lo confirma: "Antes mi padre iba con 20 piezas y hacia el jornal. Nosotros, con esta red, no hacemos ni una cuarta parte de lo que conseguía él antiguamente". Pero los mares europeos han sido sobreexplotados durante décadas y, por mucho que se quiera conciliar el trabajo con la naturaleza, el futuro no pinta favorable.
