La lava ha cubierto las laderas del monte Mayón, desde donde el volcán lanza fuego. Más de 74.000 personas han tenido que abandonar la zona y sus aldeas han quedado convertidas en ríos de cenizas ardientes y aire irrespirable. Las autoridades han delimitado una zona de emergencia en un radio de ocho kilómetros alrededor del volcán que lleva más de una semana en erupción. Las autoridades mantienen la alerta en el nivel cuatro, - de una escala de 5- y prevén una posible explosión peligrosa en las próximas horas o días.