Al Sharaa, de estar en la lista negra de la CIA por yihadista a ser recibido por Trump en la Casa Blanca

Al Sharaa ha pasado de tener una recompensa de 10 millones de dólares por su captura a jugar con soldados americanos al baloncesto.
Tras la caída de Bachar el Asad el pasado diciembre, Al Sharaa asumía el poder.
Al Sharaa fue considerado un terrorista en el pasado, un ex yihadista buscado en su día por la CIA. Estados Unidos llegó a ofrecer una recompensa de 10 millones de euros por su captura.
Pero la vida cambia y Al Sharaa es la persona que tiene el control del gobierno sirio, tras la caída del régimen de Bashar al Ásad en diciembre del año pasado. Desde entonces, ha ido cambiando su imagen y escenificando el cambio de rumbo de las nuevas relaciones entre Siria y Estados Unidos, donde Trump tiene grandes intereses.
Entró en la Casa Blanca por un lateral y la reunión fue a puerta cerrada
En el exterior de la Casa Blanca, el mandatario sirio saludaba complacido. No es para menos. Acababa de ser recibido en el despacho oval por Donald Trump. Ahmed Al Shara, exyihadista, se convertía así en el primer presidente sirio en pisar el suelo de la Casa Blanca, aunque sin el protocolo habitual, entrando por un lateral y a puerta cerrada. Porque el pasado sigue siendo el pasado. La visita, eso sí, culmina su rehabilitación en la escena internacional tras haber estado en la lista negra de terroristas buscados.
Ahora Trump dice de él que un tipo duro que le cae bien y que viene de un lugar muy difícil. “Queremos que Siria se convierta en un país de éxito y creo que este líder lo puede conseguir”, añade. Y anuncia que se unirá a la coalición internacional para combatir al Estado Islámico.

Es un acuerdo con el mismo hombre que fue conocido por su nombre de guerra, Mohamed Al Jawlani, y por el que Washington llegó a ofrecer una recompensa de 10 millones de dólares por sus vínculos con Al Qaeda.

Tras la caída de Bachar el Asad el pasado diciembre, asumía el poder. El pasado mayo, apretón de manos con Trump en Arabia Saudí, en un proceso de cambio de imagen con momentos que pocos podían imaginar hace unos años: jugando al baloncesto con militares estadounidenses. Los cambios de la política.

