Robo en el Louvre: El ADN delata dos ladrones, pero ahuyenta las joyas
. Los investigadores sospechan que podrían haber actuado por encargo, sin embargo las joyas aún siguen en paradero desconocido.
Los arrestos pueden haber puesto en peligro la investigación, concretamente, la noticia de que se han producido.
El robo del Louvre sigue sin resolverse. La policía francesa asegura que ya hay dos detenidos, uno de ellos a punto de coger un avión destino a Argelia. En este momento la clave de la investigación se centra en las muestras de ADN halladas en el material que los ladrones olvidaron en el museo.
Los ladrones del Louvre fueron rápidos y cuidadosos, entraron, robaron las joyas y se marcharon, sin mostrar su cara y sin dejar rastro...o eso pensaban... porque entre los objetos que dejaron abandonados en la zona del crimen, como un casco, un chaleco reflectante o un walkie-talkie, los investigadores han encontrado rastros de ADN
Un descubrimiento que ha llevado a la detención de dos personas el pasado sábado. Uno fue detenido en el propio aeropuerto de Charles de Gaulle, a punto de abordar un avión rumbo a Argelia; el otro fue arrestado en un barrio de la capital francesa. La policía los considera los principales sospechosos.
Sin embargo, los arrestos pueden haber puesto en peligro la investigación, concretamente, la noticia de que se han producido. La fiscal que lleva el caso publicó un comunicado decepcionada con la filtración de la información. "Esta revelación, solo puede estorbar a los investigadores movilizados.
Ambos detenidos son conocidos de la policía y con antecedentes. Los investigadores sospechan que podrían haber actuado por encargo, sin embargo las joyas aún siguen en paradero desconocido.
Directores de 57 museos apoyan a la directora del Louvre
Estos hechos se producen el mismo día que se sabe que los directores de 57 museos del mundo, entre los que se encuentran el Museo Nacional del Prado y el Museo Nacional de Arte de Cataluña, han apoyado en una carta a la directora del Museo del Louvre en París, Laurence des Cars, tras el robo de la pinacoteca el pasado 19 de octubre.
"Los museos no son bastiones ni cajas fuertes. Aunque crean un entorno seguro para el arte y su público, su razón de ser reside en su apertura y accesibilidad. En este momento difícil y esta prueba para el Louvre, expresamos nuestro más sincero apoyo a nuestros colegas, así como a su presidenta y directora, Laurence des Cars, cuyo liderazgo y dedicación a la misión del museo, en particular como lugar de unión en nuestras sociedades tan fracturadas, son profundamente respetados y admirados", firman en una carta que ha publicado el diario francés 'Le Monde'.
Los museos no son bastiones ni cajas fuertes. Aunque crean un entorno seguro para el arte y su público, su razón de ser reside en su apertura y accesibilidad
Así, Miguel Falomir, del Prado, o Pepe Serra, del MNAC, son algunos de los responsables que firman el escrito, además de Maria Balshaw, de la Tate de Londres; Taco Dibbits, del Rijksmuseum (Ámsterdam); Claire Bernardi, del Museo Nacional de la Orangerie (París); Francesca Cappelletti, directora general de la Galería Borghese (Roma); Christophe Cherix, director del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York; Nicholas Cullinan, director del Museo Británico (Londres); o Cécile Debray, presidenta del Museo Nacional Picasso-Paris.
Así, relacionan el robo de varias joyas de la etapa imperial de Napoleón y su mujer, Josefina, y de la emperatriz Eugenia de Montijo --la corona fue encontrada en el exterior del Louvre aunque estaba dañada-- con la "brutalidad" del mundo y alertan de que sus instituciones se enfrentan a actos "cada vez más violentos".
"Lo que ocurrió en el Louvre es uno de los mayores temores de los profesionales de los museos. Algunos de nosotros ya lo hemos vivido. Estos riesgos pesan sobre cada una de nuestras instituciones. Pesan sobre cada obra desde el momento en que se expone", añade la carta.
En ese sentido, defienden que los museos son "lugares de transmisión y de asombro" y destacan la labor que tienen para ofrecer momentos de placer y contemplación a sus visitantes. "Nos permiten aprender del pasado, iluminar el presente, dialogar íntimamente con las obras maestras que conservan. Nos permiten ver el mundo de otra manera", aseguran.
