Los premios Nobel más surrealistas: beber alcohol ayuda a hablar idiomas y los lagartos adoran las pizzas

Basándose en lo 'absurdo pero real', la Universidad de Boston premia a las investigaciones más estrambóticas
Las tres preguntas del test de inteligencia más corto del mundo que solo el 17% es capaz de acertar
El mundo de la ciencia ha vuelto a premiar los hallazgos e investigaciones más delirantes. Los premios Ig Nobel, organizados por la Universidad de Boston, llevan 35 años homenajeando lo “improbable pero real” a la vez que parodian a los Nobel reales. Son investigaciones científicamente válidas pero que prueban puntos que no suelen ser precisamente objeto de estudio.
Son la cita más humorística del calendario de la ciencia. Cosas maravillosas suceden cuando personas de lo más inteligente se las ingenian para comportarse de lo más gracioso. La noche arrancaba lanzando aviones de papel a una enorme diana humana, a la que nadie le dio, para demostrar que es inviable. El lema de la gala 'primero reír y después pensar', es un adelanto de lo que ocurre en esta velada de lo más 'Big Bang Theory'.
A los lagartos les encanta la pizza cuatro quesos
De entre todos los estudios galardonados, hay cinco especialmente más llamativos. Como la vaca disfrazada de cebra. Unos investigadores japoneses han demostrado que, si pintan a una vaca de rayas negras y blancas, disminuye un 50% la probabilidad de que le piquen las moscas. Lo han enseñado con una llamativa performance.
Hay más. En Togo, un equipo de científicos alimentaron de comida rápida a un grupo de lagartos. Meses después, comprobaron que lo que les pirra es la pizza cuatro quesos. Y, hablando de alimentos, parece que esta comprobado pseudocientíficamente que si las madres comen ajo, los bebés se agarran más tiempo a la teta y succionan más.
35 años midiendo una uña para averiguar cómo crece con la edad
Pueden parecer broma, pero son investigaciones a las que se les ha dedicado mucho tiempo. Como el doctor Bean, que lleva 35 años midiéndose la uña y ha comprobado que crece menos de viejo que de joven. Algo absurdo pero que nadie se había parado antes a comprobar.
Y no es lo más recomendable, pero rascar el teflón adelgaza. Eso que tienen las sartenes en el fondo es el nuevo Ozempic casero. Un trocito de teflón en cada comida infla el alimento y ayuda a saciarse. A ver quién se atreve probarlo.
Lo que sí estaba ya probado, aunque unos doctores asiáticos hayan querido apropiárselo, es que beber alcohol ayuda a hablar idiomas. Que se lo digan a los estudiantes Erasmus. Y otro hallazgo: a la mitad de los indios les molesta el olor a pies. Aunque para saber esto igual no hacían falta meses de estudio.
