Sanad, un niño gazatí herido por un misil con el 25% de su cuerpo quemado, entre los 47 pacientes graves evacuados desde la Franja
Sanad es un niño gazatí herido por un misil con el 25% de su cuerpo quemado que ha sido evacuado desde la Franja
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La ayuda humanitaria apenas logra entrar en la Franja de Gaza donde los hospitales siguen colapsados y miles de heridos continúan esperando a ser evacuados, como informa Laura Mosqueda.
Sanad es uno de los 47 pacientes heridos de gravedad evacuados esta semana desde Gaza. Un misil de helicóptero cayó sobre él provocándole quemaduras en el 25% de su cuerpo. Su madre aún no puede creerlo.
La situación es crítica en Gaza
“Siempre le gustó jugar y se ríe con cualquiera en la calle que intente jugar con él o sonreírle. Pero la lesión destruyó muchas cosas de su infancia, especialmente porque tiene que usar una máscara 3D”, explica Ahmed Saleh, madre de Sanad.
Necesita ser operado de inmediato, pero en Gaza la urgencia no basta. Los hospitales están colapsados y la falta de suministros complica cada paso que se da para salvar una vida.
Luca Pigozzi, coordinador del Equipo Médico de Emergencia OMS, explica la situación tan crítica que se vive en la zona: “Todavía hay más de 10.000 pacientes en Gaza que necesitan urgentemente atención especializada y servicios que no están disponibles aquí en este momento. Y seguimos pidiendo que se abran más estados y más corredores para que los pacientes reciban una mejor atención médica”.
Durante esta última semana los hospitales gazatíes han batido récords de ingresos varios días seguidos. Como explica Mercè Rocaspana, coordinadora médica emergencias MSF: "Lo que estamos viendo son unas 60.000 consultas al mes de Atención Primaria. 1000 ingresos de pediatría al mes, 300 en unidad de neonatos, más de mil partos al mes".
Los profesionales se han quedados sin medicación y consideran la situación insostenible. "Ahora mismo la medicación se nos ha terminado y lo que está a punto de terminarse es la leche para apoyar a los niños menores de seis meses que sus madres no pueden amamantar", denuncian.
Cada evacuación es una carrera contrarreloj, pero no todos llegan a tiempo. Quienes no pueden salir de Gaza tienen pocas opciones o incluso ninguna. "Lo que más se necesita es un alto al fuego y que sea duradero, persistente y sin condiciones. Que se abran corredores humanitarios, que los suministros puedan entrar a los sitios, que la gente se pueda alimentar dignamente. Lo que hace falta básicamente es paz, una cosa tan obvia como eso", apunta y denuncia Mercè Rocaspana.
Mientras las negociaciones siguen su curso, las vidas de los gazatíes siguen corriendo peligro por la falta de algo tan simple como una bolsa de sangre o un antibiótico.