Arriesgan su vida por un selfi en plena erupción del Etna: ¿por qué el volcán estaba repleto de turistas?

Protección Civil de Italia había alertado de la erupción del Etna y había prohibido el acceso al volcán
¿Están los volcanes más activos que nunca?: las constantes erupciones hacen saltar las alarmas de los expertos
RomaLa Protección Civil italiana ha alertado este miércoles de la presencia de un elevado número de personas en las laderas del Etna. Se trata de turistas y excursionistas que, en plena erupción del volcán más alto de Europa, no solo no han tomado precauciones sino que se han metido en la boca del lobo. Según informan Marina García y Álvaro Berro en el vídeo, las autoridades habían cerrado ya desde la madrugada el acceso al volcán.
Los sicilianos están acostumbrados a estas estampas, y es que no es la primera vez que ocurre. La mayoría de los turistas que bajan corriendo la ladera del Etna lo hacen girados, con un brazo estirado, o en alto, buscando un selfi o grabando un vídeo. El sonido, la vibración y la masa de ceniza no frena el deseo de conseguir contenido para las redes sociales.
Los curiosos ignoraron la alerta de los servicios de protección
Esta actitud despreocupada ha molestado a los servicios italianos de Protección Civil y a las autoridades. Lanzaron la máxima alerta a las 5 de la madrugada del miércoles, dirigida a todos los organismos locales y a los equipos de guías que trabajan en la zona.
A pesar de que no hay que lamentar daños personales, las imágenes muestran enormes grupos de gente demasiado cerca de la columna de humo que sale del volcán, lo que demuestra que ignoraron por completo la prohibición de aproximarse.
Las nubes del volcán: cenizas ardientes que viajan a cientos de km/h
Cuesta creer que tantos hayan decidido correr esos riesgos ante el peligro que representa un volcán y los organismos competentes ya trabajan para investigar como ha podido darse esta situación de descontrol y para evitarla en futuras ocasiones. Y es que, si nos alejamos un poco, podemos ver la verdadera magnitud de la erupción y el tamaño de ese monstruo negro llamado flujo piroclástico.
El geólogo Nahúm Méndez Chazarra conoce bien lo que representa. "Se trata de una mezcla de humo, ceniza volcánica, lapilli y gas caliente", explica. Acercarse es una auténtica locura: "las nubes que conforman el flujo son capaces de bajar por la ladera del volcán a cientos de kilómetros por hora y podrían alcanzar los 1000 grados", alerta.
'La curiosidad mató al gato', lo saben bien en Pompeya
"Que ayer no ocurriera nada podemos considerarlo casi un milagro, los volcanes no son parques de atracciones" asevera Méndez, que no se puede creer que haya que recordar que este tipo de catástrofe natural acarrea un gran peligro. "De una nube piroclástica no se puede escapar, no solo te tumba sino que, además, te carboniza en el acto", advierte.
Y si no, que se lo pregunten a los antiguos ciudadanos de Pompeya. La nube de ceniza les pilló tan deprisa que sus cuerpos quedaron intactos formando estatuas. Murieron en posiciones curiosas, algunas de una intimidad extrema, pero ahora todos tendrían un móvil en su mano. La situación se repite en volcanes y otros fenómenos de todo el mundo.
La importancia de mantenerse a salvo
No obstante, los volcanes italianos cuentan con una peligrosidad particular: "en las imágenes que vemos de Islandia, la lava sale de una manera que le llamamos efusiva y fluye con tranquilidad. En el Etna, son impredecibles", explica el geólogo.
Una alternativa es es usar un traje térmico, al alcance de unos pocos profesionales. Otros prefieren volar un dron. Sea como sea, ese selfi en uno de los volcanes más activos de Europa no merece la pena. Corremos el riesgo de que sea el último.