En caso de elegir Santorini (Grecia) como destino vacacional este verano y querer hacerse una foto a solas, va a ser imposible. Allí hay tantos turistas por la calle que incluso un concejal ha pedido a los vecinos que se confinen en sus casas ante la llegada de viajeros. “Siempre quise venir aquí. En realidad, este ha sido mi sueño desde la escuela secundaria”, dice una de las jóvenes que ha decidido ir a la isla.

Santorini se ha convertido en una víctima de su propio éxito. Los turistas inundan cada calle y cada rincón de la isla, los problemas para transitar y para hacerse fotos en los lugares más icónicos son evidentes. Esta situación condiciona directamente a los residentes de la isla y aseguran que el problema son los miles de turistas que llegan de golpe.

Georgios Damigos es propietario de un hotel de Santorini y cuenta: “Sé a ciencia cierta que nuestro nivel de vida ha bajado. Es así de simple, estamos en una isla pequeña, Santorini tiene una superficie de 70 kilómetros cuadrados. ¿Qué tipo de infraestructuras se necesitan para hacer frente a un aumento de 30 veces el número de habitantes sin crear un monstruo?”.

Armados con gafas de sol y teléfonos, los turistas inundan Santorini desde todas partes: en botes desde transatlánticos gigantes y en autobuses que zigzaguean por las empinadas laderas de la isla. Una vez en la cima, las multitudes llenan cada callejón y mirador hacia la icónica caldera volcánica de la isla.

“Vi muchos barcos de crucero grandes que llegaban a Santorini. Había siete al mismo tiempo en el mar. Creo que es mucha gente que llega, tal vez debería haber algunas reglas sobre el máximo de visitantes por día para que cada visitante pueda tener una experiencia más agradable”, reconoce uno de los residentes. Esta situación ha transformado la vida cotidiana en Santorini.

Un turista español publicó en su cuenta de Twitter: “Estaba preparado para ello porque investigué mucho sobre cuándo habría mucha gente, en particular los cruceros, así que sabía cuándo llegarían los cruceros Estaba bastante preparado para lo concurrido que iba a estar, para ser honesto”. Cada vez hay más carteles en la isla que piden a los turistas respeto: “Son tus vacaciones, pero es nuestro hogar”.

Alexandros Pelekanos, vicepresidente de la Asociación Comercial de Paraguas de Santorini, expresa: “La situación actual es que nos enfrentamos a una enorme falta de infraestructura. La pregunta es: ¿Queremos tener trabajo e ingresos o no? Porque no se puede tener paz y tranquilidad y ganar dinero también”. Esta masificación hace que la experiencia sea incluso diferente a las expectativas.

Para muchos de los 20.000 residentes permanentes de Santorini, la isla idílica de pintorescos pueblos y playas prístinas ha sido arruinada por el turismo de masas. Santorini, que ha visto un aumento múltiple de visitantes en los últimos años, representa uno de los ejemplos más claros de cómo las hordas de turistas pueden afectar a un lugar.

El creciente número de turistas extranjeros, unos 3,4 millones visitaron la isla el año pasado, según el alcalde de la isla, está ejerciendo presión sobre su infraestructura obsoleta y está dejando a los isleños fuera del mercado inmobiliario. Ahora, las autoridades locales están presionando al gobierno central para que no permita ni una sola cama adicional en la isla y han propuesto limitar el número de visitantes de cruceros a 8.000 al día, frente a los 17.000 actuales.

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