La historia de la RFEF, marcada por la corrupción: todos sus presidentes desde 1975 se las han visto con la justicia

Todos los presidentes de la Real Federación Española de Fútbol desde el año 1975 han sido llamados por la justicia. Según explica Dani Montero en el vídeo, de una manera u otra todos han estado marcados por la corrupción. Esta es la trayectoria de una federación ligada en toda su historia a la corrupción.

La Federación Española de Fútbol fue creada en el año 1913 y la mitad de su historia ha estado marcada por los casos de corrupción. Todos los presidentes que han estado al mando de la federación desde el año 1975 han estado marcados de una u otra manera por irregularidades en su gestión.

Todos han sido llamados por la justicia. Desde Pablo Porta, pasando por José Luis Roca, que no llegó a ser condenado pero sí obligado a dimitir, hasta Ángel María Villar que terminó su mandato en prisión.

Pero cuando pensábamos que la lista terminaba con Luis Rubiales, investigado por contratos irregulares durante los años que estuvo al frente de la entidad, otro presidente de la RFEF ha sido imputado por la justicia y veremos si inhabilitado: Pedro Rocha.

La cronología de la corrupción en la federación

El primero de los presidentes salpicados fue Pablo Porta, llegó a la presidencia en 1975 y salió señalado por beneficiarse de su cargo. El Gobierno aprobó un decreto para que no se pudiera volver a presentar después de nueve años. José Luis Roca, su hombre de confianza, acabó de forma parecida.

Después llegaría José María Villar, en el año 1988. Fueron casi tres décadas de polémicas y sospechas que estallaron con las detenciones del caso Soule en 2017. La investigación quedó cerrada en febrero y está a la espera de juicio.

En 2018 llegó Luis Rubiales y con el continuó el escándalo. Investigado por sus contratos presuntamente irregulares, su caída llegó con el beso no consentidos a Jenni Hermoso cuando la selección española de fútbol femenino ganó el mundial.

El último presidente, Pedro Rocha, no ha llegado ni a ocupar el cargo antes de ser imputado. Pese a todo, fue el único candidato que consiguió los apoyos para liderar la federación. Es el fruto de una red clientelar en la que todo cambia, para que nada cambie.