Turismo

Cómo evitar cobros por servicios extra en hoteles, vuelos o restaurantes: lo que puedes rechazar

El consumidor tiene derecho a rechazar estos cobros. Freepik
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Viajar, comer fuera de casa o pasar las vacaciones en un hotel son actividades que se suelen disfrutar mucho. Sin embargo, en los últimos años, muchos consumidores se han estado encontrando con una desagradable sorpresa al revisar sus facturas al encontrar cargos extra por servicios que no se han pedido o que, en muchos casos, deberían estar incluidos en el precio final.

Desde cobrar por llevar equipaje de mano en vuelos hasta suplementos ocultos en restaurantes o tasa por usar las instalaciones en los hoteles. Éstas son algunos ejemplos de prácticas abusivas que han aumentado significativamente provocando preocupación entre los consumidores.

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Este fenómeno no solo afecta a la economía personal, sino que también pone en entredicho los derechos del consumidor y la transparencia de muchas empresas del sector turístico y hostelero. En la mayoría de los casos, estos recargos se presentan de manera sutil o incluso camuflada en la letra pequeña.

Hoteles, lo que no deben cobrar y se puede rechazar

Alojarse en un hotel debería ser una experiencia sencilla: se reserva una habitación, se paga por el precio acordado y se disfruta del servicio. Sin embargo, algunos alojamientos han introducido una serie de recargos que no siempre están justificados o informados previamente al cliente.

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Tasas de servicio o “cargo por gestión”

Se trata de una tasa de servicio adicional que aparece solo al final del proceso de reserva o incluso en el momento del check-out. Si este coste no ha sido informado claramente durante la reserva, puede ser reclamado y rechazado, ya que la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios exige que se informe con claridad del precio final, y esto incluye todos los impuestos y recargos.

Cobros por usar servicios comunes

Muchos hoteles incluyen servicios como gimnasio, piscina, toallas, caja fuerte o incluso Wi-Fi como parte de su oferta, mientras que otros cobran un suplemento por su uso. Si no se especifica claramente cuando se contrata la habitación, el hotel no puede exigir el pago por ninguno de estos servicios. Según la OCU, si no se ha sido debidamente informado antes de reservar la estancia, el cargo puede considerarse abusivo.

Minibar, artículos de cortesía y limpieza

Es muy común que los minibares estén disponibles con precios desorbitados por cada producto. En muchos casos, incluso se han denunciado cobros por sencillamente abrir la nevera o mover los productos sin ni siquiera consumirlos. Este tipo de prácticas están bajo la mirada de las asociaciones de consumidores. Lo mismo sucede con los artículos de cortesía: champús, geles o kits de costura. Si están en la habitación sin advertencia alguna de coste, deben considerarse gratuitos.

Vuelos: los servicios que se pueden rechazar sin penalización

Las aerolíneas de bajo coste, y cada vez más compañías tradicionales, recurren a la estrategia de segmentación del precio la cual obliga al consumidor a pagar por servicios que antes estaban incluidos. El problema llega cuando algunos de estos cobros se aplican sin consentimiento informado o sin una alternativa razonable.

Cobro por equipaje de mano

Esta es una de las prácticas más polémicas. Desde 2018, aerolíneas como Wizz Air o Ryanair comenzaron a cobrar por llevar una maleta de cabina al avión, de las que antes estaban completamente permitidas. Ahora solo se permite gratuitamente un bolso pequeño gratuito. Sin embargo, el Tribunal de Justicia de la UE ha dejado claro que el equipaje de mano es un elemento indispensable del transporte de pasajeros y no debe tener un coste adicional, siempre y cuando cumpla con las normas de tamaño y peso.

Selección de asiento obligatoria

Algunas aerolíneas colocan a propósito a miembros de una misma familia o grupo separados en el avión para incentivar el pago de asientos juntos. Si bien escoger asiento con antelación es un extra voluntario, es ilegal obligar a pagar por ello si el cliente no acepta esa opción. Si al reservar se cobra automáticamente por seleccionar asientos, el consumidor puede exigir una reubicación gratuita o presentar una reclamación.

Cargos por imprimir la tarjeta embarque

Hay aerolíneas que penalizan con hasta 20 euros a los pasajeros que no llevan su tarjeta de embarque impresa o descargada digitalmente. Aunque pueden justificarlo como una medida operativa, se debe advertir de manera clara en el proceso de compra y ofrecer una alternativa gratuita real.

Seguro de viaje y servicios añadidos preseleccionados

Muchas webs de aerolíneas incluyen por defecto seguros de viaje, embarque prioritario o alquiler de coches. La normativa europea prohíbe los casilleros preseleccionados para servicios extra, por lo que, es el usuario quien debe marcar manualmente los servicios que quiera contratar. Si el cobro se realiza por defecto, puede anularse o reclamarse.

Restaurantes: lo que se puede y debe rechazar

Comer en un restaurante es, en teoría, un servicio transparente: se pide un plato, se paga y listo. Pero hay situaciones donde se incluyen cobros que pueden ser muy cuestionables o incluso ilegales si no se han informado previamente.

Pan, aperitivos y cubiertos

Una de las prácticas más extendidas es cobrar por el pan, las aceitunas, el alioli o el aperitivo que traen sin que se haya pedido. En muchos casos, ni se advierte de su coste ni se ofrece la posibilidad de rechazarlo. Tanto la OCU como FACUA advierten que si estos productos no se han solicitado y no se ha informado de su coste extra, se pueden rechazar y no pagar. Lo mismo ocurre con “el servicio a mesa” o lo que es lo mismo: los cubiertos. Esto solo es legal si está claramente especificado en la carta y el cliente lo acepta de forma explícita.

Precios sin IVA incluido

Es obligatorio por ley que los precios que aparecen en la carta tengan los impuestos incluidos, excepto en aquellos establecimientos que se especifique que los precios son sin IVA, algo muy raro en España. Si un restaurante añade el IVA al final sin haberlo anunciado previamente, el consumidor tiene derecho a pagar solo lo que indica la carta.

Recargos por pago con tarjeta

Algunos restaurantes intentan cobrar un suplemento si se paga con tarjeta. Esto está prohibido en la mayoría de los casos. El coste del sistema de pago tiene que ser asumido por el comercio, y obviamente, en ningún caso se puede imponer un recargo por usar los medios electrónicos habituales, salvo en situaciones muy concretas y explícitamente anunciadas.

Obligación de pagar propina

En España, la propina no es obligatoria. Aunque en algunos locales turísticos intenten incluirla como si fuera un cargo automático. En este caso, el cliente puede exigir su retirada si no ha autorizado este gasto.