Las 30 palabras más raras del español: de acendrado a zangolotear

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  • Hay miles de palabras en el diccionario que, por desuso o especialización, han caído en el olvido o permanecen como curiosidades lingüísticas

  • A pesar de su rareza, cada una posee un significado preciso que puede enriquecer nuestra comunicación

  • Este es el origen de los nombres de las provincias españolas

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MadridEl idioma español, con su vasto y rico léxico, alberga una multitud de palabras que, aunque en desuso o poco conocidas, aportan matices y precisiones únicas a la comunicación. Explorar estas palabras no solo enriquece nuestro vocabulario, sino que también nos conecta con la historia y la evolución de la lengua. Repasamos algunos de los términos más inusuales del español, acompañados obviamente de sus significados según el diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Las 30 palabras más raras del español

  • Acendrado: Se refiere a algo que es puro, sin defectos ni manchas. Por ejemplo, "una reputación acendrada" indica una reputación intachable. 
  • Agibílibus: Denota la habilidad o ingenio para alcanzar una meta propuesta, especialmente manejando dificultades con picardía. 
  • Alcorque: Hoyo que se hace al pie de un árbol para aprovechar mejor el agua de los riegos o de la lluvia. 
  • Alexitimia: Término utilizado en psicopatología para referirse a la incapacidad de describir los sentimientos mediante palabras. 
  • Arrebol: Hace referencia a la tonalidad rojiza que adquieren las nubes iluminadas por el sol durante el amanecer o el atardecer. 
  • Bahorrina: Conjunto de muchas cosas asquerosas que se han echado en agua, la cual se ha tornado sucia. También puede referirse a un conjunto de gente soez y ruin. 
  • Bonhomía: Afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter. 
  • Burdégano: Híbrido entre un caballo y una asna. 
  • Cagaprisas: Persona que es impaciente, quien tiene prisa siempre. 
  • Celaje: Cuando en el cielo se pueden observar nubes de distintas texturas, formando un horizonte colorido en la puesta o salida del sol. 
  • Depauperar: Debilitar, extenuar física o moralmente, ya sea uno mismo o hacia otra persona. 
  • Desleír: Disolver algo, de contextura sólida o pastosa, en un líquido. 
  • Deyección: Defecación de los excrementos. 
  • Ebúrneo: Hecho de marfil o de un material que se le parece. 
  • Entronque: Relación de parentesco entre personas que comparten un tronco del linaje en común. 
  • Esmegma: Secreción de las glándulas prepuciales. Parte del semen más espesa. 
  •  Ful: Se refiere a algo falso o fallido o de poco valor. 
  • Gaznápiro: Puede referirse a alguien palurdo, simplón, torpe o que se queda embobado con cualquier cosa. 
  • Lobanillo: Bulto superficial y por lo común no doloroso, que se forma en la cabeza y en otras partes del cuerpo. 
  • Ochavo: Puede significar una parte de la acera correspondiente al chaflán, cosa insignificante y de poco valor o incluso una antigua moneda española de cobre con peso de un octavo de onza, entre otros. 
  • Petricor: Se define como el olor terroso que se produce tras la lluvia. 
  • Estepicursor: Hace referencia a las plantas secas que el viento traslada de un lado a otro, comúnmente vistas en escenas del oeste americano. 
  • Serendipia: Hallazgo valioso que se produce de manera casual. 
  • Inmarcesible: Algo que no se puede marchitar. 
  • Acmé: Punto cumbre de algo, el momento culminante. 
  • Haiga: Automóvil grande y ostentoso. 
  • Vagido: Llanto de un bebé. 
  • Trémolo: Sucesión de varias notas iguales de la misma duración, utilizado en música.
  • Uebos: Aunque parece un error ortográfico de "huevos", es una palabra del español arcaico que significa "necesidad" o "cosa que debe hacerse". Se ha mantenido en el diccionario como una rareza del idioma.
  • Zangolotear: Se refiere al acto de moverse de un lado a otro sin un propósito claro o sin control. Se utiliza para describir a una persona inquieta o a un objeto que se balancea constantemente.
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El español es una lengua rica y diversa, con miles de palabras en su diccionario que, por desuso o especialización, han caído en el olvido o permanecen como curiosidades lingüísticas. Conocerlas y utilizarlas no solo sirve para ampliar nuestro vocabulario, sino que también nos permite explorar la historia y la evolución del idioma.

Muchas de estas palabras provienen del latín o de otras lenguas que han influido en el español a lo largo de los siglos, mientras que otras han surgido de la necesidad de nombrar fenómenos específicos o han sido acuñadas por la creatividad de los hablantes. Algunas han sobrevivido en el lenguaje coloquial de determinadas regiones, mientras que otras son casi exclusivas de textos académicos o literarios.

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A pesar de su rareza, cada una posee un significado preciso que puede enriquecer nuestra comunicación. Rescatar su uso no solo es un ejercicio lingüístico interesante, sino también una forma de preservar la riqueza de nuestro idioma.