Vanessa y Geisler entierran sus reproches y vuelven a mirarse a los ojos

cuatro.com 20/01/2016 23:35

Llevan tres años juntos, pero Vanessa y Geisler solo han sido felices tres meses. El resto ha sido broncas, críticas y malos modos. Hace un año su relación se complicó aún más por una infidelidad de Vanessa, una situación que Geisler no ha sabido perdonar. La situación familiar no ayuda, cuidan de la madre enferma de Vanessa y tienen cada uno un hijo de sus anteriores relaciones. Ésta es la última oportunidad para seguir juntos.

Vanessa: "Geisler está educado para vivir la vida y que la mujer haga las tareas"

La situación entre los dos está empozoñada por sus traiciones y sus continuas faltas de respeto. "Yo a ella la llamo la Sargenta de hierro porque tiene que tenerlo todo perfecto", dice Geisler. Por su parte, Vanessa se defiende: "Ya me dijo su madre que Geisler está educado como los hombres de su país, que la mujer está para consentir todo y encargarse de las tareas domésticas y el hombre para vivir la vida".

La afición de Geisler por la viodeoconsola provoca continuas broncas en la pareja

Geisler se quedó en el paro hace dos años y tuvo que dejar su carrera como boxeador. Ha perdido autoestima y prefiere jugar a la videoconsola que hablar continuamente los problemas que tiene la pareja. "Ella piensa que no le presto atención, pero yo trato de decirle que se tome la vida de otra manera, que no sea tan quisquillosa y que todo tiene solución", explica. Al llegar a casa, Vanessa se encuentra con Geisler jugando y ambos terminan en una nueva discusión. Solo el hecho de decidir qué van a cenar termina en reproches. La pareja está en la cuerda floja.

Vanessa echa a Geisler: "Si vas a boxear, te vas de esta casa"

Debido a las dificultades económicas de la pareja, Vanessa le pidió a Geisler que dejase su carrera de boxeador por los gastos que generaba. Él acaba de encontrar un trabajo como transportista y le pide a Vanessa que quiere volver a entrenar a Gijón, con el coche que ella pagó. Ella explota y le pone un ultimátum: “Si vas a boxear, te vas de esta casa”.

Pilar Cebrián pide a la pareja que dejen los reproches y quejas en una mina

Con dos caracteres tan fuertes y unas actitudes tan arraigadas, ambos van a tener que trabajar muy duro para recuperar la ilusión. Los reproches y quejas mutuas les distancian. Han logrado sepultar el amor que tenían. Para liberarlo, Pilar Cebrián quiere que comprueben los profundos y oscuros que se han vuelto sus sentimientos. El carbón simboliza, para la psicóloga, los reproches que deberán dejar en una mina.

Desde su última discusión, Vanessa y su novio cubano llevan varios días separados. Es el momento de recordar que les unió. Pilar les cita en el astillero de Avilés. . Quiere que comparen su situación con el estado de un barco, nuevo y limpio con el de un barco sucio y en peor estado. Mientras intentan limpiar la suciedad acumulada en el segundo barco, recuerdan cómo era su relación al principio. “A pesar de todas las cosas, sigo con ella, porque unas caracolas no me van a hundir por mucho que pesen”, dice él.

Surf contra la depresión, en el programa de 'Mejor llama a Pilar'

La distancia con su familia, los apuros económicos y su baja forma física han mermado la autoestima de Geisler, para recuperar su actitud es necesario que recupere su equilibrio emocional y la confianza en sí mismo. Hacer yoga en una tabla de surf en la asturiana playa de Xagó y tomar sus primeras olas son una buena forma para empezar a recuperar la confianza.

Geisler ya ha dado el primer paso para modificar su comportamiento. Pilar quiere saber si es también capaz de enfrentarse a su mayor obstáculo, la traición de Vanessa. Para eso le pide que se meta en un agujero mientras Vanessa le entierra literalmente con sus reproches. "Lo único que siento es ira”, dice Geisler tras escuchar a Vanessa pedirle perdón por la infidelidad una vez más.

Vanessa y Geisler vuelven a mirarse a los ojos y se dan una segunda oportunidad

Vanessa y Geisler han dado un importante paso, de ellos depende ver si su tormentoso pasado, marcado por una infidelidad de ella, sigue siendo un lastre. Pilar Cebrián les muestra un vídeo de sus continuas discusiones antes de que ella llegara a su casa y, tras asumir sus errores, les propone un ejercicio: mirarse a los ojos durante cuatro minutos. Ambos se dan cuenta que con tantas quejas y reproches llevaban demasiado tiempo sin mirarse a los ojos.