Isabel, sus hijas y su pareja Ricardo son una familia como cualquier otra. Ella es ama de casa, él es cocinero y los dos son góticos. Como buena madre, además de preocuparse por la educación, Isabel ha inculcado a sus niñas sus mismos gustos. Les gusta el heavy y no soportan nada “el gitaneo”. Además de su gusto por lo siniestro y lo tenebroso, ellos son ‘swingers’, es decir, mantienen relaciones sexuales con otras parejas.