Culto al cuerpo frente al buen comer, en 'Me cambio de familia'

cuatro.com 18/05/2012 23:02

Vanessa mantiene una relación muy especial con su marido David, están muy unidos y pasan muchas horas juntos. Él es culturista y centro de la casa, los horarios, comidas y actividades, están planificadas según sus necesidades. Con ellos vive Cristian, el hijo de Vanessa, un muchacho de 15 años con un gran afán de protagonismo, que consigue atención mediante caprichos y exigencias.

Por otra parte, Filo trabaja de barrendera por las noches y su marido Fali es un parado de larga duración que pasa la mayor parte del día en el bar. Su relación está en crisis y cada vez son menos las cosas que comparten. Pero la gran pasión de Filo, es su hijo Rafa, un joven de 15 años que la ayuda en todas las tareas de la casa y que está muy unido a su madre.

Vanessa y Filo, dos mujeres y dos maneras diferentes de ver la vida se han intercambiado de familia durante dos semanas. Dos experiencias que les han dejado huella en cada una de ellas.

Vanessa ha tenido que compartir su vida con Fali y con Rafa, su principal objetivo siempre ha sido su nuevo marido. Desde el primer día, Vanessa dio caña a Fali porque no entendía cómo podía pasar tanto tiempo en el bar, o como él lo llama en 'la oficina'. Vanessa, desde le principio, ha cumplido con las normas que le dejó Filo: trabajó de barrendera por las noches, se encargó de las tareas de la casa, eso sí con la ayuda de Rafa, un joven de 15 años que sabe hacer de todo en el hogar... Sin embargo, los problemas no tardaron en llegar en cuanto que llegó el momento de cambiar de normas.

Vanessa quería dar un vuelco a las vidas de Fali y Rafa. Y todo tenía que comenzar con un cambio radical en sus hábitos. Fali tenía que pasar más tiempo en casa y ayudar en las tareas domésticas, dejar de ir el bar... Pero lo de cambiar el bar por el gimnasio no era algo que iba a consentir. Tomarse una cerveza y llegara a la hora que le diera la ganar era ya una rutina en su vida. En ese momento, Vanessa tomó una decisión drástica, bajó al bar y esperó hasta que su nuevo marido saliera del local para irse a casa.

Por otra parte, Filo tenía que lidiar con David y Cristian. El campeonato de culturismo estaba cerca y David no podía controlar sus nervios y, por supuesto, mantener su dieta, sus horarios, sus horas de gimnasio... algo que le ha llamado mucho la atención a Filo. Ella considera que es una obsesión la que tiene David con la comida. Todos los días tiene que comer una tortilla hecha solo con claras, mucho pescado, verduras, arroz... mientras que ella no sigue ninguna dieta.

El cambio de normas ha llegado y Filo sabía que no lo iba a tener nada fácil con su nueva familia. En primer lugar, David tenía que colaborar en casa porque ella ve que él es dios y su mujer es "su esclava, su doncella y su geisha". Y Cristian tampoco se lo iba a poner fácil, el joven no estaba dispuesto a que le limitarán el uso de su teléfono móvil y menos que, intentara cambiar su día a día. Él está acostumbrado a que su madre le haga todo y no iba a permitir que Filo controlara su vida. Ella ha querido hacerle más responsable y decidió sacar toda su ropa del armario para que la colocara bien pero Cristian no estaba dispuesto a recibir ninguna orden y por venganza sacó toda la ropa del armario de Filo.