Todo comienza a las afueras de Seattle. En medio de un bosque aparece un chico que aparentemente no posee ningún recuerdo de su pasado. Al no saber dónde llevarlo, la policía -que lo encuentra desnudo y con una sustancia viscosa por todo el cuerpo- lo envía a una residencia juvenil, donde recibe el nombre de Kyle. Allí descubren que no ingiere comida, no se relaciona con la gente, no manifiesta ningún sentimiento y, lo más curioso de todo, no posee ombligo.
Ante la extrañeza del caso, el administrador del centro llama a la psicóloga Nicole Trager, quien decide llevárselo por un tiempo a vivir con ella y su familia. Pero la noticia no es recibida con agrado en casa de Nicole. Mientras su marido Stephen cree que esta decisión puede afectar emocionalmente a Nicole, sus hijos, Lori y Josh, no están dispuestos a ser el hazmerreír de sus amigos.