Marina García tiene 26 años y vive en Alcalá de Guadaira, Sevilla. Recuerda que su vida "ha significado ocuparme de siempre de la gente de mi alrededor, porque me quedé embarazada con solo dieciocho años y desde entonces me hice cargo de una familia".
Una familia que no sólo era su marido y su hijo sino una suegra enferma y sus cuatro cuñados. El exceso de responsabilidad le producía una ansiedad que trataba de calmar comiendo: "He llegado a pesar más de cien kilos y soy incapaz de mirarme al espejo".
Hoy Marina quiere cambiar su imagen y comenzar a "andar sola sin tener que ir de la mano de alguien a quien cuidar y, por supuesto, adelgazar".