Juanra Bonet entra a un bar para pedir al camarero su colaboración, pero la televisión del establecimiento no les deja oírse. El problema es que tenía Cuatro puesto, y según argumenta el presentador, "cada vez que alguien cambia Cuatro un técnico de sonido pierde una oreja", por lo que Cuatro no se puede apagar ni cambiar, sólo bajar el volumen del televisor.