El hecho de que su madre le haya pedido el favor de acercarse a por una docena de huevos ha resultado ser la chispa que ha encendido la mecha de Yedra. La joven se ha negado a ir a comprar y su madrastra, ante su rebeldía, le ha privado de su teléfono móvil, lo que ha provocado su enfado. Empujones, gritos, patadas e incluso mordiscos, así se las ingenia Yedra para recuperar su bien más preciado.