El filósofo José Antonio Marina decidió dedicar sus ganancias a los padres, para que aprendan a hacer de sus hijos mejores personas: una utopía con el nombre de 'Universidad de padres' donde se enseña a educar, todo por Internet.
En tres años ha multiplicado por cinco su número de plazas: ahora tiene 10.000, casi tantas como denuncias de padres contra sus propios hijos por maltrato el año pasado.