Jero García, a Fran: "Quieres enterrar a tu madre en vida, el error es tuyo"

cuatro.com 13/11/2015 23:52

"Eres un putón"; "Eres una asquerosa"; "Ese libro es de folladoras"; ¿De dónde vienes?; ¿Con quién hablabas?. Esas son algunas de las frases que María tiene que escuchar a diario de su hijo Fran, un joven controlador que no permite que su madre, seis años después de la muerte de su padre, rehaga su vida. "El hombre de mi casa soy yo y se hace lo que yo diga. No voy a permitir que rehaga su vida. Hasta que no me vaya de mi casa tiene que cuidarme a mí. La controlo porque no me fío de ella. Creo que está buscando hombre y no me gusta como se viste y maquilla. Está faltando el respeto a mi padre con las cosas que hace", dice Fran, que ni siquiera quiere que su madre tenga móvil (le ha roto varios para evitar que hable por whatsapp).

María no sabe que hacer. La situación la supera y cada día el comportamiento de Fran con ella va a peor. Ella suplica. "Respétame que soy tu madre", le dice a Fran, al que da explicaciones constantemente. "Yo solo me he acostado con tu padre. Llevo seis años viuda y no me he acostado con nadie. Yo a tu padre le sigo queriendo. No le estoy poniendo los cuernos ni se los he puesto pero soy joven y necesito salir", dice María, que se siente acorralada en su propia casa. "Es un controlador absoluto. Cuando le escucho me pongo a temblar. No puedo aguantar más esa situación. Me dice cosas que no merezco. Se ha montado una película. Él es el macho de la casa y tengo que pedirle permiso para todo. Tiene el corazón de piedra para mí. Me da miedo llegar a mi casa porque me va a montar un número. No me siento tranquila y no tengo que vivir así. He dejado salir porque tengo miedo."

La muerte de su marido fue repentina

María recuerda con cariño la infancia de Fran. "Fue un niño muy deseado, muy tranquilo, cariñoso y muy bueno. Ha aprendido muchas cosas de su padre: el cante, le gusta la pesca, siempre han ido juntos a pescar. Éramos muy felices los tres y quiero recuperar la felicidad. Lo quiero con locura. Es lo más grande que mi marido me ha podido dejar", dice María, que explica a Jero que la muerte de su marido fue repentina e inesperada. Eso dejó muy tocada a la familia, especialmente a su hijo. "Tenía doce años y se fue a pescar con su padre. Cuando llegó a casa empezó con fiebre y tenía neumonía triple. Le subieron a la UCI y en cinco días se murió. Lo viví muy mal y lo sigo viviendo porque no pude hablar con él."

Desde ese día, la actitud de cambio ha ido a peor. "Nunca me ha hablado de ese día ni ha vuelto a pescar ni a la playa", dice María, que pasó dos años y medio de luto. "Estuve sin salir y llorando. Solo salía a comprar." Pasado el tiempo, María empezó a rehacer su vida pero sin olvidar a su marido. "El hueco de mi marido no lo va a ocupar nadie. Pero no lo entiende. No hay día que no me acuerde de mi marido. A los dos años y medio me quité el luto y empecé a salir dos veces al mes a bailar con una amiga. Eso no le gusta", dice María, que cuenta como su hijo le pone música de Parrita (el cantante favorito de su marido) para hacerle sufrir. "Lo hace para que me acuerde de él, porque su padre me cantaba por Parrita y eso es hacerme sufrir."

Fran se avergüenza de su comportamiento pero sigue sin reaccionar

Ante la situación de extrema violencia que vive María con su hijo, Jero decide mostrar su comportamiento a un grupo de desconocidos. Ante Fran y su madre, Jero pone vídeos de su comportamiento. Fran no tarda en ponerse nervioso e intenta quitar el vídeo. "Tú aquí no mandas", le dice contundente el coach.

Tras ver las imágenes, llegan las críticas. "Eso está fatal, es deplorable. Esa conduzca no se puede tolerar. A ti no te tiene que dar cuentas", le dicen las personas que han visto el vídeo. Sin embargo, nada parece afectar a Fran, que sigue justificando su comportamiento. "Cuando una madre descuida a un hijo y está más por la fiesta y sus cosas, el hijo se pone como se pone. Cuando yo haga mi vida y tenga mi mujer, que haga lo que quiera", dice Fran a Jero, que intenta abrir los ojos a Fran. "Eso es una actitud machista. Se ha tirado dos años y medio de luto y sigue respetando a tu padre. Tiene todo el derecho a rehacer su vida y no eres quién para frenar eso. Tiene todo el derecho y tú no puedes tratarla así", le dice a Fran, que termina huyendo. "Te duele porque te da vergüenza, porque lo has hecho mal. No sirve de nada que des puñetazos, no puedes insultar a tu madre. Al final te vas a ver solo. Yo quiero que respetes a tu madre."

Jero lo ha conseguido. Fran se avergüenza. "Lo importante es que viera que está haciendo las cosas mal y se avergonzara. Se ha dado cuenta pero nos queda mucho trabajo. Vamos a tener paciencia y tranquilidad."

Frustar un sueño

Fran cree que tiene derecho a dirigir la vida de su madre a su antojo. Jero cree que necesita experimentar lo que sucede cuando alguien decide frustar tu sueño. Para ello cuenta con la ayuda de Parrita, su ídolo. El artista le invita a un concierto íntimo. Lo que no sabe Fran es que el seguridad del evento le impidiera la entrada. "Si le suelto dos trompazos no se levanta. ¿Qué le he hecho al tonto?", le dice Fran a Jero, que le explica que eso mismo que está sintiendo es lo que siente su madre cada día. "Ese tipo te ha hecho lo que tú haces con tu madre: tener la capacidad de decidir si va de fiesta o no. ¿Cómo se siente tu madre? Tu madre puede salir y tiene todo el derecho del mundo. No eres quién para controlarla. Te estás equivocando", le dice Jero a Fran, que pese a todo sigue justificando su comportamiento. "Vete a la mierda. Me estás poniendo nervioso. Yo tengo motivos, me provoca."

Madre e hijio cara a cara

La comunicación entre madre e hijo es imposible. Fran se cree en posesión de la verdad y no permite que le lleven la contraria. Jero cree que ha llegado el momento de que María y Fran se digan a la cara sus sentimientos. "Quiere dominarme la vida. No me respeta como madre, quiere mandar en mí y que sea una marioneta. Te quieres salir siempre con la tuya. Yo no tengo nada que esconder. Eres un celoso y te has inventado cosas. No salgo con mis amigas porque les da miedo. No haces nada de lo que te digo y te sientes el macho de la casa. Cómo tienes más fuerza te quieres apoderar de mi. He estado toda mi vida trabajando para que no te falte de nada y quieres que me muera. Tengo derecho a salir y comprarme lo que quiera pero tú quieres tenerme como una chacha."

Ante las palabras de su madre, Fran reacciona de forma airada. "Eres una sinvergüenza y miras nada más que por ti. No me respetas como hijo. ¿Por qué te escondes de mi? Tienes cosas que esconder", dice Fran, que reprocha a su madre que no le cuide. Finalmente, Fran huye. Jero le persigue y vuelve a decirle las verdades a la cara. "No quieres escucharlo. La verdad duele. Asúmelo y responde sobre ello. Depende de ti y de tu madre que se pueda arreglar", dice Jero, que le explica a María, que Fran reacciona así por la falta de argumentos. "Los argumentos lógicos los tienes tú María. Él eleva la voz porque no tiene peso en los argumentos y huye. Hay que solucionarlo me hace falta de tu parte y de lo de Fran." María está dispuesta. "Estoy luchando por que mi hijo cambien conmigo."

María no cuenta con el apoyo de sus hermanos

Además del mal comportamiento de Fran, María tiene que enfrentarse a sus hermanos. Ninguno la apoya en esta difícil situación con lo que le dan alas al joven. "Ven que mi hijo lleva la razón y la mala de la película soy yo", dice María, que desde que murió su marido vive con su hermana Pepi. "Trato de mediar lo posible", dice la tía de Fran.

Ante esta situación, Jero quiere media entre María y sus hermanos. "Como no ven cómo es, Fran recibe apoyo y lo hacen más fuerte. Hay que trabajar con ellos porque, aunque tienen que apoyar a su sobrino, tienen que ser conocedores de lo que está pasando y no solo quedarse con la versión de Fran", le dice Sonia Cervantes a María. "Él está amargado y lo pagas tú porque no sabe gestionar sus emociones. Tiene rabia porque tú estas bien y él no. Estás en un punto del duelo muy distinto. Tú estás empezando a aceptar la muerte y tu hijo está como si su padre se hubiera muerto ayer. Hasta que no supere la muerte su comportamiento no va a cambiar."

Jero y María se reúnen con el resto de la familia. Su hermano la culpa de lo que está ocurriendo. "Quiero el bien para tu casa y quiero que hagas las cosas sabiéndolas hacer. Has pasado de poco a mucho y eso ha hecho que la actitud de hijo haya ido en negativo. No te ves y no te das cuenta. Pepi te llevó a comprar un móvil que te daba acceso a registrarse en páginas, has descuidado a tu hijo y eso le ha molestado. No has sabido hacer buen uso de las nuevas tecnologías", dice su hermano, que es apoyado por su hermana Pepi. "Su comportamiento empezó a ir a peor cuando vio que su madre hacía esas cosas."

Al ver la actitud de los tíos de Fran, Jero García quiere que comprendan que no deben hacer fuerte a su sobrino. "No tenemos que echar en cara cosas en las que no debemos entrar. Tiene derecho a tener un móvil y no tenemos derecho a meternos en la vida privada de nadie. Ella es mayorcita. Lo que me preocupa es el comportamiento de Fran, es lo que tenemos que condenar. No podemos hacerle fuerte, no podemos disculpar determinados aspectos porque le dan fuerza, tenemos que remar en el mismo barco", les dice a los tíos de Fran, que se quedan impactados al ver las imágenes del comportamiento de su sobrino. "Eso es injustificable. Yo no lo había visto. No tiene perdón. En cuanto se le falta el respeto a un amadre ahí perdes toda la razón que puedas tener. No me vale que me hagas caso y me respetes porque si no respetas a los que vive contigo,. Qué puedo hacer. Yo no lo sé", dice el tío de Fran. "Ahora tenemos cadenas de comunicación, Fran tendrá la condena necesaria y ya no tendrá mas remedio que acostumbrarse a que su madre tenga la vida que ella quiera", dice Jero.

Jero lleva al límite a Fran para que empatice con el miedo de su madre

La situación de violencia extrema que vive en su casa con su hijo tiene paralizada a María. Cada día se echa a temblar cuando escucha a su hijo porque no sabe cómo va a reaccionar. Jero cree que Fran necesita empatizar con el miedo que siente María en su propia casa. Para ello, le deja encerrado.

En cuanto ve que no tiene salida, Fran se pone nervioso. "Abre la puerta. Eres tonto o te lo haces. No me cierres la puerta. Eres un subnormal. No me chulees. Eres un tonto y un chulo", dice Fran, que justifica su comportamiento con su madre frente a Jero. "Se lo merece. Ella se lo busca. Si me hiciera caso no pasarían la mitad de las cosas. Ella ha hecho cosas para que sea así, me dejó en la cama. ¿Cómo suelto yo la rabia? Con ella no se puede hablar", le dice a Jero, que intenta explicarle que la misma sensación que él tiene es la que tiene su madre cada día. "Para que veas lo que pasa tu madre todos los días, el miedo que pasa porque no sabe qué va a pasar. Eso es lo que haces tú. No son justificables los actos de violencia con ella. Hay que intentar dialogar", le dice Jero a Fran, que reconooe que la sensación no le ha gustado. "He sentido agobio, miedo, tensión."

Fran reconoce por primera vez que está equivocado

Fran sigue sigue justificando su comportamiento con su madre. Jero quiere hacerle reaccionar y para eso provoca un encuentro entre Fran y su madre acompañada de un amigo. "¿Dónde va? No me gusta. Con un tío no. Eso lleva a lo otro. No me gusta esto", dice Fran, que empieza a ponerse nervioso. "No puedes ponerte así, respira."

La tensión va en aumento. Fran se niega a saludar al amigo de su madre. "Esto es faltarme al respeto", dice Fran a su madre, que intenta que su hijo comprenda que no pasa nada. "Tengo mi vida, conozco mucha gente, y me tienen que saludar", dice María. Ante las constantes justificaciones de María, Jero interviene. "Tu vida íntima es tuya y puedes pasesar con quien te dé la gana. ¿Por qué le das explicaciones?"

La situación agobia a Fran, que termina huyendo. "Vas a ser un infeliz toda la vida. La violencia y la agresividad no lleva a nada. Yo soy especialista en canalizar la agresividad a través del boxeo. Hay que canalizarla a través de algo positivo", le dice Jero, que le cuenta su historia personal. "He estado 16 años con una persona, la he amado, es la madre de mis hijos... Me separé y a los cuatro años he encontrado otra persona a la que amo como a nadie. ¿Crees que le he faltado al respeto a la madre de mis hijos? Tu madre que tiene 40 años, está en la flor de la vida. La quieres enterrar en vida. El error es tuyo."

Jero consigue que Fran reaccione. "Cuando veo a mi madre con un tío me da agresividad, celos. Hay un problema ahí. Al verla con un hombre es relacionarlo con que está faltando al respeto a mi padre. Tengo el recuerdo de mi padre muy presente", dice Fran, que por primera vez reconoce sus errores. "Fran se ha hecho responsable y ha reconocido que tiene un problema pero sigue sin empatizar con el sufrimiento de su madre."

"Mi madre tiene que buscar su felicidad y tengo que entenderlo"

Tras varias semanas de trabajo, Fran comienza a reaccionar pero tiene que seguir avanzando. Fran tiene que aprender el valor del esfuerzo y por eso Jero le somete a una dura prueba: conducir un camello. No lo consigue. Cuando el animal le presenta batalla, Fran tira la toalla. "El camello es como tú. Su lugar de confort estaba ahí y se va al otro lado. Es un inconsciente, lo mismo que estás siendo tú en tu casa. En lugar de buscar la felicidad vas al lado contrario. Tengo que arrastrar a un camello tozudo que no quiere caminar conmigo a la felicidad. Tu madre no ha abandonado, no se ha rendido. Tienes una gran madre que pelea y lucha porque te quiere y eres la única persona que le queda. Quiere llegar a ese punto de felicidad."

Esta nueva actividad provoca una nueva reacción en Fran. "Lo he pasado mal. Esta situación no me gusta. Yo no era así y no quiero seguir estando así. Voy a intentar encaminar mi violencia de otra manera. Ella quiere mi felicidad. Ha intentado sacarme para delante, hacerme mayor, grande y ahora tiene que buscar su felicidad, aunque a mí me cueste. Tengo que entenderlo."

Fran se enfrenta a su gran trauma, la muerte de su madre

La evolución de Fran es muy positiva. Jero ha conseguido que comprenda el calvario que está pasando su madre pero aún le queda enfrentarse a su mayor trauma. Sonia Cervantes es la encargada de ayudar a Fran. Por primera vez en seis años, Fran regresa a la playa. Allí se encuentra su tienda de campaña y sus cañas de pescar. "Siempre nos poníamos ahí. Llevo seis años sin venir y unca he pensado en ese día. Me sentía agobiado, sentía que me faltaba algo y que me falta. Mis mejores momentos con él han sido aquí. No he querido aceptar la muerte de mi padre y se me hace duro", dice Fran. Sin embargo, regresar al lugar en el que tantas horas pasó con su madre, Fran se libera. "Me siento bien. Tengo una sensación rara, como si estuviera aquí conmigo."

Después de seis años, Fran se siente diferente. "Cuando hacemos frente a nuestros miedos son menos grandes de lo que pensamos. Si sigues guardando cosas, lo va a pagar quien menos lo merece. Tú y tu madre. Atacas no porque no te guste lo que hace o no esté bien lo que hace. Si tu estuvieras bien y a ella la ves bien, no hay problema. El problema es que tú has tardado seis años en venir aquí. Estás en esa etapa y tu madre en otra y no lo puedes soportar. No está haciendo nada mal, tu madre merece salir adelante y tú también. Tenías que pasar por esto porque si no, no ibas a cambiar nada"

El cambio de Fran se va afianzando. "Quiero ver feliz a mi madre, yo no soy feliz. Ella lo ha ido superando poco a poco y yo me he quedado estancado", dice Fran, que reconoce que se siente aliviado. "Me he quitado una espina que tenía aquí que pensaba qu no podía afrontar. Nunca he pensado en venir aquí, la playa ya no existía. Una vez que lo pasas lo que viene después son buenos recuerdos."

La hija de Jero le explica su experiencia tras el divorcio de sus padres

Fran ha sido capaz de enfrentarse a su peor pesadilla, la muerte de su padre. "Sonia me ha llevado a la playa, me ha explicado cosas, hablando… He soltado mucho peso y me he dado cuenta de que los problemas hay que afrontarlos. Ha sido el paso que me ha llevado a abrir la mente. De la noche a la mañana no se cambia pero la intención, el control y las ganas de pasar página están", le dice Fran a Jero, que le explica que enfadarse no es la salida. "El control lo conocí boxeando. Cuando estás dentro de un ring lo importante no es ser el más fuerte y rápido sino ser el que más controla. Tengo que controlar la ira, no tengo que enfadarme porque si me enfado me canso y si me canso me van a pegar más. Tengo que controlar al rival. Nos tenemos que dar cuenta de las diferencias que tenemos con los animales, que es la capacidad de decidir sobre nuestros propios actos."

Tras esta conversación, Jero presenta a Fran a su hija Azahara. Ella no lo pasó bien con la separación de sus padres pero terminó comprendiendo que no podía estar enfadada. "Cuando mis padres se separaron tenía 13 años y me dijeron que era por el bien de todos. Yo decía que lo entiendía todo pero no. Me tiré muchas noches llorando porque no entendía por qué mi padre se tenía que ir de casa. Me negaga a que mi padre tuviera novia y mi madre novio porque entendía que los estaban reemplazando. Cuando supe que Paula estaba en nuestras vidas, me tiré cinco meses sin querer conocerla. Ahora Paula es una de las personas más importantes de mi vida porque entendí que no estaba reemplazando a mi madre."

Joan ayuda a Fran

Con el paso de las semanas, Fran se da cuenta de sus errores. "He aprendido a echarme para atrás y a ver la situación, pensar las cosas y ponerme en el lugar de la personas, ahora veo más las cosas", dice Fran, a quien el testimonio de Joan le termina de abrir los ojos. "Yo también he perdido a mi padre pero tengo a mi madre. Siempre la he tenido a mi lado y no me di cuenta. Me arrepiento mucho de haberla tratado como la traté. Nada es imposible salvo si te rindes", dice Joan. "Tu madre siempre estará a tu lado, te apoyará en todo pero tú también debes apoyarla. Los problemas hay que afrontarlos", le dice la madre de Joan.

Fran le vende ropa interior a su madre

La evolución de Fran es siendo espectacular pero Jero necesita una demostración de cambio real. Para ello le propone el reto de vender ropa interior a su madre. Fran supera la prueba con creces. "Me he sentido tranquilo y feliz. No me afecta tanto como un tiempo atrás", dice Fran. El cambio sorprende a su madre. "Me ha dejado sorprendida. Estoy notando el cambio. Me he comprado un móvil y no me ha montado el número. Se ha quedado más pacífico y tranquilo. Va teniendo otro comportamiento hacia mí.

El cantante Parrita, feliz con el cambio de Fran

Tras ver el cambio de Fran, el cantante Parrita envía un mensaje de ánimo al joven. "Sé que estás pasando un momento malo pero te queda tu madre. Ayuda a tu madre a salir adelante porque ella también lo estará pasando muy mal. Mucha fuerza", dice el artista a Fran, que no puede evitar emocionarse con el mensaje.

Fran, a su madre. "Te voy a cuidar"

El nuevo comportamiento de Fran hubiera sido impoenssable meses atrás. El cambio es más que evidente pero tiene que ver los nivles de agresividad que alcanzaba para no volver a eso. Al ver las imágenes, Fran se derrumba. "Le he hecho sufrir un montón. Me siento mal viéndolo. No me daba cuenta de lo mal que lo estaba haciendo", dice Fran, que por fin se atreve a ir al cementerio para despedirse de su padre. A la salida, su madre le espera. "Te voy a cuidar y respetar como antes", le dice a su madre, que se emociona al abrazar por primera vez en mucho tiempo a su hijo. "Me tienes para todo lo que haga falta. Te quiero y de hoy para delante quiero que empecemos una nueva vida los dos. Te quiero mucho."