Tras varias semanas de trabajo con Pedro García Aguado, Mari y Satur aprender a reaccionar ante las exigencias de su hijo. Por primera vez, la pareja se mantiene unida y firme. Por su parte, Juanjo también es capaz de controlar su ira y aunque no cumple con las órdenes de sus padre, no estalla. "He aprendido que con la violencia no se va a ninguna parte", dice el joven.