Tras varias semanas de trabajo, Kiko ha superado los miedos que le impedían ser feliz y ha dado los primeros pasos para conseguir la vida de amor y respeto que siempre ha querido. "Lo siento por todo", les ha dicho a su madre y a José, que ya ha dejado atrás los malos momentos. "Eres un hijo para mí y puedes contar conmigo."