Marina aprende a quererse

cuatro.com 02/03/2012 22:39

Muchos de los problemas de Marina están concentrados en la comida. La joven lleva años acomplejada por su físico y no tiene una relación saludable con la comida. Para Marina, comer se ha convertido en un auténtico problema. Su miedo a seguir engordando la empuja a no ingerir alimentos y es capaz de sobrevir con dos judías durante días.

Su obsesión por la delgadez la lleva a realizar auténticas locuras. Marina se niega a comer pero no se da cuenta de que está jugando con su salud. "No quiero engordar y no comer es la mejor forma para perder peso. Quiero bajar de peso, quiero quedarme en un peso y fuera. No como y así hago dieta doble", dice Marina.

Marina culpa a su madre de su sobrepeso

Incapaz de asumir su físico, Marina culpa a su madre de su sobrepeso y cree que la genética es la responsable de sus kilos de más. Marina no quiere parecerse a su madre. "Estás gorda y yo no quiero serlo", le repite una y otra vez a su madre, que lleva meses contemplando el camino autodestructivo que ha tomado su hija.

Marina se compromete a no vomitar y no fumar porros

Tras varios días de terapia, Marina asume que tiene un problema con la comida y acude al doctor Blas Bombín y a los profesionales de la Asociación Aclafeba para tratar problemas de bulimia y anorexia para que la diagnostiquen. En la consulta, Marina reconoce que deja de comer y cuando sufre algún episodio de sobrealimentación vomita y que consume porros diariamente.

El doctor Bombín le explica a Marina que tiene un desorden alimentario y emocional y que si sigue por ese camino puede propiciar una desgracia e incluso llegar a la desnutrición.

Escuchar las consecuencias fatales que pueden tener sus malos hábitos le ha hecho reflexionar. Marina se compromete a dejar de vomitar y dejar los porros como primer paso para superar su desorden alimenticio.

Con 20 kilos menos no se es más feliz

Para no caer en el infierno de la bulimia y la anorexia, Pedro García Aguado contacta con un joven que ha pasado por lo mismo. "Eres tú la que te tienes que dar cuenta de que algo está pasando. Con 30kilos menos no era feliz, ahora con 20 de más, soy feliz", le ha dicho Manu, que le ha pedido a Marina que no tire su vida por la borda y que tome medidas antes de que su problema la destruya a ella y a su familia.

Marina aprende a sacarse partido y a verse guapa

Tras visitar al psicólogo, Marina descubre que a pesar de sus kilos puede verse bien. Con la ayuda de la asesora de imagen Nuria González, Marina aprende a verse guapa, a sacarse partido y, sobre todo, a quererse más.

Tras varios días de terapia, Marina entiende que verse guapa es mucho más que entrar en una talla 38 y pesar 50 kilos. Su actitud frente a la vida debe cambiar y Marina está dispuesta a conseguirlo. A partir de ahora su sobrepreso no marcará su relación con su madre ni su futuro.