Una situación insostenible en casa
Pedro García Aguado conoce esta semana la situación de Samuel, un joven de dieciocho años que vive con su padre y abuela, a los que hace la vida imposible.
"A la madre de Samuel le salió un cáncer de pecho, estuvimos tres años de tratamiento, de quimioterapia", cuenta el padre del joven, que cree que la muerte de su mujer, cuando Samuel tenía cinco años, puede haber hecho mella en su carácter difícil.
Samuel, además, culpa a su padre de haberle abandonado cuando era todavía pequeño, de que le hayan criado sus primos mientras él bebía y salía de fiesta. "Mi padre es un fracasado, él dice que ha estado toda la vida trabajando, pero vamos, yo no estoy toda la vida trabajando para acabar como él ha acabado, además que él ha ganado dinero, porque ha tenido negocios, y se lo ha gastado en cachondeo, porque yo podía tener una buena vida y no la tengo".
En medio de esta dura situación, la abuela de Samuel, con 85 años, sufre las continuas discusiones. "Cuando no está Samuel, descanso yo y descansa el perro, descansamos todos. No es normal que tengamos que huir de él", cuenta.
El paso de Samuel por el centro de menores
Parte de la agresividad de Samuel con su padre surge como venganza a que éste le denunciase y terminase por ello en un centro de menores.
"Yo denuncié a Samuel por malos tratos psicológicos y amenazas. Yo llegué a la comisaría hecho polvo, pero no tenía más remedio", cuenta su padre, que explica que aquello ocurrió cuando su hijo tenía quince años, y que pasó seis meses en régimen semiabierto, aunque no salió ni un fin de semana del centro.
Sin embargo, este duro episodio no cambió el comportamiento de Samuel, sino que lo acentuó. Éste juega con su padre, le insulta, le grita, rompe sus muebles y le roba dinero para gastarlo en caprichos, noches de fiesta y porros. "Yo vivo por mí, en ese aspecto soy muy egoísta, la gente me puede decir que qué mal voy, pero a mi me da igual, yo vivo a mi manera", se justifica el joven.
Tratamiento psicológico en busca del cambio
Pedro García Aguado opta, ante las negativas para trabajar y admitir sus errores de Samuel, a contar con la ayuda de Sonia Cervantes, psicóloga de Hermano mayor, que conseguirá evitar que éste imponga la dictadura del miedo en casa.
Con la ayuda del programa, que le somete a diversas pruebas y actividades, Samuel aprende a superar sus miedos, a no rendirse, a valorar el esfuerzo y a aceptar a su padre tal y como es.