¿Cómo conocí a Eddy?

cuatro.com 08/11/2010 18:57

"Conocí a Eddie por allá por el año 2003. Resulta que me contacta una persona para decirme que viene a Bangkok desde Sumatra para aprender como buscar y encontrar víboras. En ese momento yo terminaba de abrir en la asociación el tema de los reptiles y se pudieron en contacto desde Sumatra. Lo que querían básicamente era saber cómo encontrarlas para luego matarlas porque tenían un proyecto de Orangutanes y las víboras habían matado 3 o 4 en el último año.

Cuando el tipo llego a Bangkok, yo no sabía si habían mandado a su hijo pequeño o era un pigmeo de Africa, pero me encontré con Eddie. Un tío de 30 años que aparentaba 12. Desde ese día, hemos guardado una muy buena amistad y aunque de vez en cuando nos cabreamos y nos puteamos mutuamente, se puede decir que tenemos muy buen rollo. Eddie ha estado a punto de casarse dos veces.

La ultima vez fui a su boda y la cancelo dos días antes porque se había "enamorado" de otra mujer. Con eso os digo todo... le gustan más las mujeres que a un tonto un lápiz. Por supuesto que el tipo está un poco ido para allá. Se despierta todos los días y se pone esas hojas alrededor de la cintura y la cabeza... no me preguntéis por qué porque jamás me ha sabido contestar a esa pregunta, pero os aseguro que si alguna vez os lo encontráis dentro de la selva... así viste.

El episodio de los Orangutanes fue muy difícil de grabar, no por lo peligroso, pero por la cantidad de Kilómetros que hay que caminar arriba y abajo de las montanas. Eddie vive allí dentro de la selva hace más de 15 años y es prácticamente un simio más pero para nosotros fue muy duro porque eran caminatas de 10 y 15 km diarios montaña arriba y montaña abajo.

Esta fue la tercera o cuarta vez que había pasado tiempo con los orangutanes y la verdad es que cada vez que voy me alucinan más y más. El modo que tratan a sus bebes es lo que más me llama la atención. Eso no es amor...eso es más que amor.

Lo que más impresiona cuando veis a los orangutanes salvajes es la frescura de su mirada. No es como la mirada de los orangutanes que ves en los zoos o en espectáculos. Estos son vivos, son rápidos, son muy poco amables y cuando te miran, son realmente humanos. La expresión de su mirada te puede decir mil cosas tal y como un humano.

Una de las cosas que me mata es ver a estos orangutanes salvajes, tan felices y en paz y luego ver a los que están en los zoos o incluso en casas privadas. ¿Para qué coño quiere alguien tener un orangután en casa? Es un animal que es sinónimo de libertad. Es un animal que necesita espacios de kilómetros y kilómetros. Necesita ser un orangután.

Probablemente es por eso que nunca me han gustado los zoos, porque ya desde pequeño los veía como cárceles donde los animales habían sido condenados sin haber cometido ningún delito.

Recuerdos. Frank."

Frank de la Jungla. Capítulo 6: Orangutanes

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