En ‘First Dates’ nos encantan los besos pero en estos 5 países... besarse es una ofensa😱

En España, nos encanta besarnos. En general. Para saludarnos, no sólo nos damos un buen beso en cada una de las mejillas, sino que a este movimiento le añadimos un apretón en el hombro y, con un par de cañas, hasta un abrazo. Y, sobra decirlo, cuando tenemos pareja, nos besamos en la calle sin ningún pudor. Y hasta en la televisión. ¿Eso es lo normal, no? Pues no.

China y Japón: besos no, arigato
En otros países, alucinan con el afán que tenemos por el contacto físico. Sobre todo, en las zonas orientales donde las costumbres de occidente son poco menos que una locura. A un japonés o a un chino jamás se le ocurriría saludar a alguien con el apego que muestra siempre Carlos Sobera, por ejemplo. Para ellos es una invasión de la intimidad y hasta una falta de respeto. Les basta con una inclinación de la cabeza hacia al suelo en señal de bienvenida. Y gracias. Así que, los que llamáis al programa pidiendo un soltero de oriente, avisados estáis: cuidado con las demostraciones espontáneas de cariño.

India: saludo sí, pero namasté
Lo mismo ocurre en el caso de los indios. Ellos tienen su saludo original, el namasté (igualmente utilizado en Asia y en películas como 'Kárate Kid') que también consiste en inclinar la cabeza aunque, en este caso, el movimiento va acompañado por la posición de las manos a la altura del pecho. El que, en First Dates, reciba a un nativo de India con este saludo, ya tiene media conquista hecha. Pero que no se le ocurra invadir su espacio vital.

Inglaterra: no Kiss, please (y rima)
Aunque ya vimos que los participantes del First Dates británico se lo pasan mejor que un niño con una piruleta, lo común es que sean distantes y que vivan en pro de la apariencia. ¿Besarse en público?, Oh my God, de eso ni hablar. Ni para saludar, ni para despedir ni para celebrar la Nochevieja, ni la bajada del precio del té, ni nada at all. ¿Qué se puede esperar de una comunidad que se pasa el día disculpándose? – sorry o excuse me son los dos expresiones más escuchadas en las calles de Londres- Pues que, por lo general, todo les de vergüenza. Por eso, un movimiento con el sombrero o un apretón de manos cuando es inevitable es más que suficiente para mostrar respeto. Labios, para qué os quiero.

En los países árabes, un beso te puede costar la cárcel (en serio)
En Arabia la cosa se pone realmente seria. Ya sabemos la cantidad de normas que la cultura árabe impone sobre el trato entre los hombres y las mujeres (tanto en público como en privado). Una muestra de afectividad que a nosotros nos resulta tan común y natural, un beso en la mejilla, supuso el ingreso en prisión de una turista británica y un consultor nacional durante un mes. En estos países, a las mujeres hay que saludarlas con el mismo sistema que en Oriente: agachando la cabeza y posando una mano sobre el pecho. Eso sí, los hombres pueden saludarse como les venga en gana.
Rusia, la otra cara de la moneda: 3 ó 6 besos y, si caes bien, hasta en la boca
En el lado opuesto del protocolo mundial – como siempre- están los rusos. Si, para nosotros, dar dos besos a alguien que conocemos (mucho o poco) ya nos parece un lenguaje no verbal óptimo, a ellos se les queda corto. La tradición rusa es darse de tres a seis besos a la hora de saludarse. No valen ni dos, ni cuatro, ni cinco, no. Tres o su doble, o no hay trato. Y, si en un evento, el anfitrión quiere recibir a algún invitado (hombre) con más cordialidad, pues le da un beso en la boca y mensaje recibido. Van de duros pero, en el fondo, los rusos son unos mimosos.
