Los investigadores han indicado que en agosto de 2016, el anuncio del descubrimiento de un exoplaneta en órbita terrestre en la zona habitable de Próxima Centauri estimuló la imaginación de los expertos y el público en general. Este descubrimiento, junto con el de un planeta en mayo 2016 en órbita alrededor de una estrella de masa aún más baja (Trapense-1) convenció a los astrónomos de que tales enanas rojas podrían ser anfitriones de una gran población parecida a la Tierra.
Los investigadores Yann Alibert y Willy Benz, del NCCR y el centro del espacio y habitabilidad (CSH) en la Universidad de Berna, llevaron a cabo las primeras simulaciones por ordenador de la formación de la población de los planetas.
"Nuestros modelos de éxito en la reproducción de los planetas son similares en términos de masa y tiempo a los observados recientemente", según ha afirmado Alibert, que ha explicado el resultado del estudio publicado en la revista 'Astronomy and Astrophysics'.
"Curiosamente, encontramos que los planetas en órbitas cercanas en los alrededores de este tipo de estrellas son de pequeño tamaño. Por lo general, oscilan entre un 0,5 y 1,5 de radio de la Tierra con un pico de aproximadamente 1,0 de radio sobre la Tierra. Los descubrimientos futuros podrán decir si estamos en lo correcto", ha añadido el investigador.
AGUA EN LOS PLANETAS
Además, los astrofísicos determinaron el contenido de agua de los planetas en órbita alrededor de su pequeña estrella madre en la zona habitable. Así, encontraron que teniendo en cuenta todos los casos, alrededor del 90% de los planetas están albergando más de un 10% de agua. A modo de comparación: La Tierra tiene una fracción de agua de sólo 0,02%. Así que la mayoría de estos planetas alienígenas son literalmente mundos de agua en comparación con la Tierra.
La situación podría ser aún más extrema si los discos protoplanetarios en el que estos planetas se forman, vivieran más tiempo de lo previsto. En cualquier caso, estos planetas estarían cubiertas por océanos muy profundos en la parte inferior, de los cuales, debido a la enorme presión, el agua estaría en forma de hielo.
"Mientras que se suele pensar que el agua líquida generalmente es un ingrediente esencial, en gran cantidad puede ser malo", ha señalado Benz. En estudios anteriores, los científicos demostraron que demasiada agua puede evitar que se regulen las temperaturas de la superficie y desestabilice el clima.
"Habitable o no, el estudio de los planetas que orbitan alrededor de estrellas de muy baja masa abre la puerta a que traiga nuevos e interesantes resultados y mejoren nuestro conocimiento de la formación de planetas, la evolución y la potencial habitabilidad", ha concluido Benz.