China da un gran paso en su carrera espacial lanzando un satélite cuántico

EUROPA PRESS 16/08/2016 17:28

El satélite lanzado al espacio desde la base de lanzamiento de Jiuquan, en el desierto de Gobi, permitirá a los investigadores chinos transmitir mensajes de prueba entre Pekín y el noroeste de China, así como otros lugares en todo el mundo.

Si las pruebas tienen éxito, China va a dar un gran paso hacia la construcción de una red mundial que podrá enviar mensajes que no pueden ser interceptados a través de métodos convencionales. "Un montón de personas en todo el mundo podrá tener comunicaciones seguras a un nivel cuántico. Los europeos y los americanos ya tenían esta ventaja, pero ahora los chinos están mostrando el camino a seguir", ha señalado Alexander Ling, investigador principal en el Centro de Quantum Technologies.

Las comunicaciones cuánticas utilizan partículas subatómicas para la comunicación segura entre dos puntos. Investigadores de todo el mundo han enviado con éxito mensajes cuánticos por tierra, pero una verdadera red basada en satélites haría posible el envío de mensajes cifrados de forma rápida en un instante en todo el mundo, así como abrir la puerta a otros posibles usos de la tecnología.

La ciberseguridad ha sido un foco importante en los últimos años para el país asiático, que ha impulsado normas destinadas a limitar la tecnología importada de Estados Unidos, a raíz de las revelaciones de vigilancia generalizada de este país que desveló Edward Snowden.

China ha sido acusada, a su vez, en varias ocasiones por Estados Unidos de intrusión en los sistemas informáticos para robar secretos comerciales e información que puedan ser perjudiciales para la seguridad nacional.

DEFENSA CONTRA LOS PIRATAS

Los expertos apuntan que la mensajería cuántica podría convertirse en una defensa importante contra los piratas informáticos y tienen aplicaciones que van desde las comunicaciones militares y gubernamentales hasta las compras 'on-line'.

Según ha detallado Ling, el mayor desafío es ser capaz de orientar el satélite con una precisión milimétrica a un lugar de la Tierra donde se puede enviar y recibir datos, sin que estas se vean afectadas por las perturbaciones en la atmósfera de la Tierra. A los resultados de las pruebas de China le seguirán otros equipos de investigación, según el experto.