Parece una película de Agentes 007, la forma en la que Apple se apropió de la marca comercial iPad, registrada desde 2002 por una empresa china.
La operación de hacerse con el nombre iPad en China fue encargada por Apple a Graham Robinson, de una empresa británica de propiedad intelectual.
Este hombre, que actuó como un agente especial, se hizo con los derechos de propiedad del nombre comercial iPad para explotarlo durante varios años en 10 países.
Para conseguirlo utilizó un nombre falso, el de Jonathan Hargreaves) y una empresa falsa a la que supuestamente representaba, IP Application Development Limited (IPAD Ltd.).
El hombre de Apple en China ocultó su identidad al negociar con Proview y la actividad a la que se dedicaba la compañía a la que representaba asegurando que no podía hacerlo porque aún no era pública de su actividad .
Además , mintió a Prowiew, con la que ahora Apple mantiene un litigio por el uso del nombre en China, diciendo que ambas empresa no eran competencia.
Proview insiste en que posee los derechos de la marca iPad en la parte continental de China. Un tribunal en Shanghai rechazó la semana pasada la demanda que presentó la firma en busca de una orden que impida a Apple la comercialización de las tabletas iPad.
Además acusa a Apple de haber actuado con deshonestidad al adquirir los derechos sobre el nombre de iPad de su filial de Taiwán. Apple, por su parte, insiste en que le pertenecen los derechos de marca registrada para el iPad en China, que adquirió por 55.000 dólares a través de una compañía creada para tal propósito.