Un día, su dueño y su pareja paseaban con el perro cerca de ‘The Humane Society of Southern Arizona’ cuando Maureen O’Neill, que la dirige, les vio. Inmediatamente se acercó a ellos y les dijo "saben que eso no es un perro, ¿verdad?". Ellos respondieron que lo sospechaban. Neo es un ‘wolfdog’ o lobo híbrido.
Marueen explica que "no fue su estructura física lo que me hizo notarlo, sino su comportamiento. Neo evadía por completo la interacción con los humanos. La pareja que lo llevaba estaba perpleja".
En Arizona está prohibido tener animales salvajes como mascotas, a menos que se tenga un permiso o se pertenezca a una comunidad indígena. La organización de O’Neill no podía dar cobijo a Neo, así que se pusieron en contacto con ‘Wolf Connection’ y mandaron a un refugio en California.
Como se ve en las imágenes de Facebook, Neo vive ahora en ese santuario y encontró por fin la manada que tanto buscaba. La organización protectora de la vida salvaje da algunas recomendaciones para que no se confundan estos híbridos con los perros domésticos. Principalmente hay que mirar la cola y orejas., La primera suele ser al final y las orejas tienen pelo dentro. Además, el comportamiento es diferente puesto que huyen de los humanos.