Sonrisas y cánticos han sido algunas de las emociones que se han encontrado los sanitarios que han atendido a los migrantes que han llegado a València este domingo a bordo del Aquarius y de los barcos italianos Dattilo y Oriene.
Así lo ha explicado a los medios de comunicación Carmen Romero, miembro de Cruz Roja Andalucía y una de las personas que ha ayudado en el desembarco, quien ha relatado que las personas que viajaban a bordo de los buques han llegado "saludando" y cuando ha atracado "se han puesto a cantar". "Su actitud es de ilusión y esperanza", ha manifestado.
Ha destacado que llevan horas trabajando "sin parar" para que todo salga según lo previsto y los voluntarios se encuentran "con las pilas puestas".
Por su parte, la miembro de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja Fátima Cabello, que también ha colaborado en las primeras atenciones a los inmigrantes, ha detallado que están "animados" y bajan a suelo valenciano "tranquilos y sonrientes". "Es impresionante que después de lo que han pasado lleguen con una sonrisa. Pone los vellos de punta", ha admitido.
Abrazos que se echan de menos
Singular ha sido el caso de una niña guineana de 12 años arribada a Valencia tras ocho días de travesía por aguas del Mediterráneo
Como ha relatado especialmente emocionado el voluntario Fernando Justa, integrante del operativo de acogimiento, uno de los casos "más complicados" ha sido el de esta chica que bajó del buque en estado de shock y no podía avanzar. "Estaba asustada con todo lo que estaba pasando", indicó.
Tras hablar con ella y darle un peluche para animarla, el voluntario y la joven se han abrazado y la menor le ha dicho una frase que el voluntario "nunca olvidará": 'Hace mucho tiempo que nadie me daba un abrazo como éste'".